Descubren oculta en la selva antigua ciudad
maya, en el norte de la Reserva de la
Biósfera de Calakmul, Campeche, donde un equipo de expertos nacionales y
extranjeros, encabezado por el arqueólogo, Iván
Sprajc, decidió bautizarla como Chactún
“Piedra Roja” o “Piedra Grande”.
De acuerdo a un comunicado del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH),
se trata de uno de los sitios más grandes registrados en las Tierras Bajas
centrales de esa antigua civilización que tuvo su esplendor entre 600 y 900 d.c
y de acuerdo a Sprajc, “Chactún” forma parte de un área superior a los 3,000 kilómetros cuadrados,
ubicada entre las regiones Río Bec y
Chenes, un espacio que ha
permanecido como “un blanco total en
el mapa arqueológico del área maya”.
Descubierta hace un par de semanas, se
cree que la urbe (que permaneció oculta durante siglos) fue el centro rector de
una vasta región hace mil 400 años, entre 600 y 900 d.C., informó el
investigador que dirige la expedición apoyada por el INAH, al indicar que esto se infiere por la extensión del sitio (de
más de 22 hectáreas) y la cantidad de monumentos, al menos una decena de ellos
con inscripciones.
Sprajc,
investigador del Centro de Investigaciones Científicas de la Academia Eslovena
de Ciencias y Artes agregó que Chactún
“es uno de los sitios más grandes de
las Tierras Bajas Centrales, comparable por su extensión y la magnitud de sus
edificios con Becán, Nadzcaan y El Palmar, en Campeche”.
La milenaria metrópoli maya es uno de los
cerca de 80 sitios que han sido detectados por el Proyecto de Reconocimiento
Arqueológico en el Sureste de Campeche, que comenzó en 1996.
La
localización de estos lugares se ha basado principalmente en el reconocimiento
por medio de fotografía aérea de gran escala.
Algunos sitios como Uxul y Pared de los Reyes
habían sido previamente descritos por exploradores como Karl Ruppert, en los años 30 del siglo XX. Sin embargo, Chactún permaneció ignorado por las
expediciones científicas hasta el día de hoy.
A él llegaron únicamente los chicleros y
madereros de la región, sin embargo, la zona fue cubierta de nuevo por la maleza,
cuando en 1989 fue declarada parte de la Reserva de la Biosfera. Estas brechas,
alguna vez abiertas para explotar los recursos naturales, fueron despejadas
otra vez, pero ahora por un grupo de lugareños que acompañan a la exploración
arqueológica.
“Con las fotografías aéreas, examinadas
estereoscópicamente, encontramos muchos rasgos que evidentemente eran vestigios
arquitectónicos. A partir de ahí tomamos las coordenadas y el siguiente paso
fue localizar los antiguos callejones utilizados por los chicleros y madereros
para poder llegar a la zona”,
explicó Sprajc.
El sitio comprende tres complejos
monumentales. El Oeste, que cubre
una superficie de más de 11 hectáreas, mientras que los Sureste y Noreste suman
en conjunto otra extensión igual.
En
estos espacios se dispersan numerosas estructuras de tipo piramidal y
palaciego, incluyendo dos canchas de juego de pelota, patios, plazas,
monumentos esculpidos y áreas habitacionales. Mientras que la pirámide más
alta, de 23 metros de altura, se localiza en el Complejo Oeste, lo más impresionante del lugar son los volúmenes
constructivos que presentan muchos edificios.
No obstante, son las estelas y altares (algunos
de los cuales aún conservan restos de estuco) los que mejor reflejan el esplendor
de la ciudad en el llamado periodo
Clásico Tardío (600-900 d.C.).
Chactún
(contemporáneo a urbes mayas como Calakmul,
Becán y El Palmar) destaca por la
gran cantidad de altares y estelas, las cuales combinan inscripciones grabadas
con otras en estuco pintado, una característica poco común en este tipo de
monumentos.
De las 19 estelas registradas hasta el
momento, tres son las mejor conservadas. La denominada 1 da nombre al lugar,
pues en ella se menciona que el gobernante K'inich
B'ahlam “Clavó la Piedra Roja (o Piedra Grande) en el año 751 después de
Cristo”, según la interpretación
preliminar realizada por el epigrafista del proyecto, Octavio Esparza Olguín. Las estelas 18 y 14 destacan por la
epigrafía que aún se observa.
Otra singularidad de la antigua ciudad es
que a pesar de su proximidad con Río Bec,
su estilo arquitectónico difiere del mismo. No cuenta con torres gemelas, se
trata de estructuras piramidales más asociadas a la arquitectura del Petén campechano.
La iniciativa de exploración, que cuenta
con la aprobación del Consejo de Arqueología del INAH, es financiada por la National
Geographic Society, y las empresas austriaca Villas y la eslovena Ars
longa. (FUENTE: El Universal).
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