Por: Jesús Díaz
Luego de la ruptura del PRI
en Quintana Roo, hoy fracturada por intereses políticos y mezquinos, un priismo
que ya no va a hacer el mismo de antaño, generador de masas, precursor del
carro completo en todas las batallas electorales, finalmente definirá a su
candidato al gobierno del estado.
Elecciones internas que tampoco las tendrán nada fácil los delegados
priistas, que representan a grupos afines a la doctrina tricolor en cada uno de
los 11 municipios de la entidad, ´porque en estos tiempos modernos en los que
vivimos ya no existe tal liderazgo, pues la gente decidida a enfrentar un
cambio social en su medio, vota por la figura del personaje en turno, ya no por
el candidato impuesto por un régimen priista totalitario y autoritario.
Hoy las masas sociales se revelan ante sus autoridades demostrando con
el castigo al voto que no están de acuerdo en la forma de gobierno ni con la fórmula
que quiere imponer Manlio Fabio
Beltrones en Quintana Roo para enfrentar al ex priista Carlos Joaquín González, luego
de la fractura del “Grupo Cozumel”, hoy dividida entre “Joaquinistas”, “Felixistas” y “Borgistas”.
El PRI en Quintana Roo no
augura el carro completo como antaño ni mucho menos lo hará al ignorar a un
priismo lacerado por un régimen neoliberal y autoritario que tiene comiendo al
pueblo de las migajas que le sobran para apaciguar al rebaño, porque en estas
elecciones enfrenta a un enemigo poderoso económico y políticamente cimentado
en el estado.
El líder nacional del PRI, Manlio
Fabio Beltrones, buscará enfrentar a la alianza PAN-PRD y al ex priista Carlos
Joaquín González, con una formula impuesta
por el régimen actual, ya sea por el candidato de Roberto Borge Angulo, el diputado federal José Luis Toledo Medina,
o el candidato de Félix González canto,
el alcalde de Solidaridad, Mauricio
Góngora Escalante. Y un colado de última hora como Paul Carrillo de Cáceres, que figura en la lista de aspirantes al
gobierno del estado de Quintana Roo.
Como dice un gran pensador como “Voltaire”, “Podré
no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho
a decirlo”, y es precisamente lo que
sucede en Quintana Roo, donde una sociedad cansada de tantas imposiciones,
lacerada por un régimen neoliberalista,
que los obliga a buscar mejores opciones de vida, un gobierno que les pueda
garantizar empleos bien remunerados que les permita llevar el sustento a sus
familias.
La sociedad busca ese cambio que le pueda rendir buenos frutos, sana
alimentación, vivienda, forma de vestir, salud, educación pública gratuita y
laica, áreas recreativas y justicia pronta y expedita, es lo que desean hallar
en las promesas y propuestas de quienes buscan la gubernatura del estado desde
diferentes trincheras políticas.
No buscan migajas para alabar a un candidato que una vez en el poder se
olvida del pueblo que en su momento le dio su voto para que llegue a donde está
sentado, por eso la sociedad en su conjunto está consciente del paso que va a
dar en las elecciones del 5 de junio próximo donde en Quintana Roo como en 12
estados federativos abran elecciones estatales.
Y ganará el candidato que más convenza con sus propuestas de campaña no
el que se dedique a discriminar al contrincante, pues para que una sociedad
pueda desarrollarse y evolucionar, es necesario que la gente participe, que
decida con su voto que gobierno es el que desea para mejorar su modo de vida,
un gobierno de justicia no un gobierno ligado a la mafia, porque este tipo de
gobiernos son los causantes de todos los conflictos sociales que laceran a
nuestro país hoy en día.
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