Por: Jesús Díaz
En su lucha por alcanzar el Poder político
y económico, los precandidatos de los diferentes partidos políticos que hoy van
en coalición con miras a las elecciones presidenciales del 1 de julio próximo, no
presentan aún un proyecto de trabajo definido, están mejor enfrascados en
destruir políticamente a sus rivales que presentar propuestas de trabajo para
convencer al electorado.
Desde que se hicieron público los anuncios
en donde los partidos irían en coalición a través de la figura de un candidato
de unidad y otros que buscarían su participación
en las elecciones por la vía “Independiente”, vemos con desagrado en la televisión,
escuchamos en la radio, leemos en los periódicos y nos enteramos por las redes
sociales, que los precandidatos presidenciales iniciaron sus pre campañas de
manera errónea, pues aún no presentan un proyecto de nación acorde a los
tiempos que vivimos, están más ocupados en atacar a sus oponentes que utilizar
los espacios sociales y publicitarios para hablar sobre sus proyectos de
gobierno.
Las luchas internas que libraron la
mayoría de estos institutos políticos los debilitó tanto, que los que hoy son
precandidatos no tienen seguro el triunfo en las urnas electorales, salvo el
líder moral de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, que, según los analistas, sería el ganador de
la contienda electoral si hoy fuesen las elecciones para elegir Presidente de México.
El destape de estos aspirantes como otros
que se quedaron en el camino, no es novedad alguna ni noticia que llame la
atención de los ciudadanos, era ya bola cantada, solo esperaban los tiempos
para que se hicieran oficiales estos nombramientos, para dar inicio a las pre
campañas proselitistas.
El resquebrajamiento de estos partidos
obligó a sus líderes a poner fin a los “Dimes
y Diretes”, lo que terminó en que,
por las luchas internas que en su momento sostuvieron los grupos afines a estos
partidos, que muchos de sus militantes renunciaran a su partido y junto con
otras destacadas figuras de la política local, buscaran cobijo en otros
institutos afines a su doctrina. Otros decidieron irse solos por la vía “Independiente”.
José
Antonio Meade Kuribreña, precandidato presidencial de la coalición formada
por el PRI-PVEM-PANAL, siempre fue cobijado por Enrique peña Nieto, quien para hacerlo candidato del PRI, reformó a modo los estatutos de su
partido para que un candidato externo pueda ser ungido y participar en las
votaciones del 1 de julio próximo.
A pesar de los diversos señalamientos que
se han hecho a su persona, y de ser señalado como el autor del “Gasolinazo”, del FOBAPROA, y de otras
denuncias que ha recibido por llevar al
país al debacle económico, “Meade” sigue haciendo una campaña holgada y a modo,
pero carente de un proyecto acorde a los
tiempos económicos por los que atraviesa el país, pues al parecer será el encargado de
continuar con el neoliberalismo imperante que hoy vemos beneficia más a las
grandes empresas nacionales y trasnacionales, mientras que a la clase obrera
cada vez sus salarios que ostenta son irrisorios.
Hoy después de los desastrosos gobierno
del PRI-PAN que han estado en el
poder, y una economía que se acumula en unos cuantos poderosos, dueños del
dinero, observamos con tristeza que cada vez los ricos se hacen más ricos y los
pobres más pobres, pues la pobreza que impera en el país, donde más de 70
millones de mexicanos padecen de los sinsabores de la vida y la falta de
fuentes de empleo para llevar un sustento a sus familias, estarán condenados a
seguir viviendo en la miseria.
El precandidato de “Por México al Frente” (conformado
por el PAN-PRD-MC), Ricardo Anaya Cortés, es otro que apoyado por los grupos de poder,
logró deshacerse de sus enemigos y ser
el abanderado de su partido por la presidencia de la república, pero quien
lamentablemente, es parte del
continuismo neoliberal, y no presenta aún una propuesta de trabajo que traiga
beneficios a la nación y erradique los cinturones de miseria que aún prevalecen
en diferentes partes del país.
Está más enfrascado en criticar a José Meade y a López Obrador, que presentar un proyecto de trabajo que vaya encaminado
a salvar a la nación de la recisión económica por la que se atraviesa, mejorar
las condiciones de vida de los ciudadanos a través de fuentes de empleo bien
remunerados y bajar los índices de
delincuencia que asolan al país.
De Andrés
Manuel López Obrador, precandidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”
(MORENA-PES-PT), ya se ha dicho de
todo, solo falta que sus oponentes digan que impondrá en el país el “Socialismo” o el “Marchismo”, o seguirá con el “Neoliberalismo”, pero de que si estamos seguros es que es una de las personas que
no venderá al país si llegara a ser presidente de la República, y es uno de los
personajes más aguerridos que podría hacer frente a las locuras de “Trump”, el presidente loco de los
Estados Unidos de Norteamérica.
Se sabe que desde tiempo atrás viene
haciendo campaña proselitista, solo esperemos que proyecte una propuesta de
trabajo más definida y no se deje envolver por sus detractores en los “Dimes y Diretes” porque caerá tan bajo como ellos, ya que lo que la sociedad
quiere escuchar es un proyecto de nación definida, que vaya acorde a las necesidades de cada
núcleo social, un líder que venga a servir a su pueblo no a servirse de ellos.
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