lunes, 13 de agosto de 2018

Dios te habla, escúchalo




Por: Jesús Díaz

     Un amigo me dijo hace unos días que Dios no se ha olvidado de mis sueños, yo me he alejado de él, pero todo cuanto pida en oración, a su tiempo se cumplirán, el Señor es fiel y no cambia de parecer.

     Cuanta verdad hay en las palabras de mi hermano, que hoy le entrega a Dios la vocación de servir a sus semejantes, y en cualquier momento, en cualquier circunstancia, lo que el Señor  ha prometido para tu vida lo hará, porque los tiempos de Dios son perfectos.

     A veces cuando fracasamos creemos que ya no lograremos levantarnos de nuevo de nuestros hierros, y es cuando nos hundimos aún más en ese mar de penumbras.

     De pronto, sin proponérnoslo  se nos presenta la oportunidad de emprender esos sueños, que con fe y perseverancia debemos de continuar.

     Nada está perdido en esta vida cuando aún tenemos aliento para continuar nuestros sueños, nuestros anhelos, la caída que tuvimos fue solo una pausa en nuestra vida para tomar impulso, y Dios Nuestro Señor nos dice Pronto verás mi victoria en tu vida.

     Dios te habla, escúchalo, necesitamos tanto de él que ahora es el momento de hacerlo, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy; platica con él.

     Dios te ama, escúchalo, por eso te invito a que leas esta reflexión que te acercará a él en oración porque el Amor de Dios es inmenso y para siempre es su misericordia divida. Dios te habla, sólo escúchalo


     Te invito a que te sientes aquí conmigo y me digas la inquietud de tu ser, permite que tu alma descanse serenamente; deja atrás tus problemas y preocupaciones, escucha mi voz amorosa, regocíjate en confiarme toda tu existencia y yo te colmaré con todo bien, permite que yo esté completamente a cargo.

     Ten presente que cuando me entregas todas tus preocupaciones, yo las recibo con amor y con infinita comprensión: yo te aseguro que para cada problema yo soy la solución, para cada necesidad yo soy la provisión, para cada plegaria yo soy la respuesta.

     Suelta y deja ir, confía en mi desde lo más profundo de tu alma, ten la seguridad que aquellas cosas que me has encomendado yo las puedo lograr; ábrete a recibir un caudal de vida, un caudal de amor, un caudal de sabiduría , salud perfecta y paz mental, porque bienaventurados son aquellos que creen en mi aún sin haber visto.

     Yo soy Dios el Altísimo que está en medio de vosotros; al estar consciente de mi presencia, habrá armonía en los más íntimos detalles de tu existencia. Nada se me olvidará, hasta las cosas más difíciles se han de resolver dentro de un Plan Divino y perfecto. Clama a mí y te responderé, tú llorarás y yo diré Aquí estoy, pídeme que yo acuda y te quite el miedo o alguna condición en particular y yo lo haré.

     Yo soy el consuelo de los acongojados, yo respondo a tu llamada y escucho tus suspiros, yo te guio en justicia y hago que tu camino sea recto, yo te consolaré y reemplazaré tus sufrimientos con alegría porque mi espíritu que mora en ti es mayor que cualquier circunstancia en tu vida.


     Permíteme dirigirte con mi luz, deja que mi rostro te envuelva, yo soy la respuesta a tus suplicas; ciertamente, con alegría saldrás y tendrás paz. Mi amor elimina toda expresión de esfuerzo de tu rostro y suaviza tus arrugas convirtiéndolas en frescura y felicidad.

     Mi gozo lava todo sufrimiento y pesadumbre de tu existencia, yo seco toda lágrima, remuevo todo error, me olvido de tus faltas en el pasado, estas sin mancha o imperfección”.

     Mirad, yo soy el purificador, yo soy el consuelo sagrado, yo soy  tu ayuda, soy yo quien sostiene tu vida. Si necesitas claridad de pensamiento en cuanto a lo que debes o no debes hacer, deja a lado todo tipo de ansiedad, declara en silencio, que mi sabiduría es tu guía y que mi amor por la armonía es el principio que rige en tu vida.


     Yo te instruiré y te mostraré el camino, yo te consolaré y velaré por ti, yo te guiaré por senderos que no haz conocido, yo seré la luz en medio de la tiniebla, yo haré recto los caminos, todas estas cosas yo haré por ti y no te abandonaré”.


     Es mucho lo que tú puedes lograr cuando oras efectivamente, cuando tu mente habita en mis oraciones dentro de un área que no conoce de limitaciones humanas; allí sin prisas en términos de mayor bienestar, no hay limitaciones por restricciones, solo hay plenitud; nada es imposible para mí y en la medida que estés unido a mi nada será imposible para ti.

     El lugar donde te encuentras es Tierra Santa ¿a dónde puedes escapar de mi espíritu? Si bajaras a las profundidades de la Tierra, allí estoy, si andas en valle de zonas de muerte allí estoy, no estás solo, no estás abandonado, yo estoy donde tú estás. No tienes que buscar para encontrarme, yo no estoy perdido, tú no estás perdido, no te he perdido, solo un mero susurro y contestaré tu llamado.

     Yo soy Dios y te Amo, yo estoy aquí; clama mi nombre y yo te salvaré, yo escucho tu voz, yo te libero de tus enemigos y te ofrezco paz. Que no se turbe tu corazón, tampoco tengas miedo, porque yo soy ¡¡el Señor Tu Dios!!

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