Por: Jesús Díaz
La sociedad no olvida los niveles de pobreza
que se vivió durante más de 70 años de bastión priista, donde el número de
pobreza era de más de 40 millones de mexicanos, cifra que en los últimos 12
años de gobierno panista, aumentó a más de 70 millones de pobres que no tienen
una fuente de ingresos para llevar el sustento a la familia.
Situación que también ha
elevado los índices de delincuencia en el país y por ende, los robos a casas
habitacionales, homicidios, asaltos, secuestros y demás acciones tipificadas
como delito, esto porque quienes nos han gobernado, prefieren velar por los
intereses de la clase pudiente, otorgándoles créditos a fondo perdido para
mejorar sus negociaciones, mientras que a la gente de clase media los vienen
envolviendo con míseros sueldos para medio mitigar el hambre.
Hoy con el regreso del tricolor
a los “Pinos” nos preguntamos ¿los niveles de pobreza seguirán en aumento o
disminuirán? Los mexicanos votamos por un cambio en el año 2000, el cual no se
cumplió, y en este año del 2012 se volvió a hacer lo mismo, pero por la
mercadotecnia que Enrique Peña Nieto nos vendió a través de sus
spots que difundió en las televisoras nacionales.
Sin embargo, muy lejos está de
cumplir con las promesas que en campaña hizo para ganarse la confianza del
pueblo mexicano, incluso las cien primeras propuestas de trabajo que ante
Notario Público se comprometió a cumplir desde el inicio de su mandato, está
aún por verse, sobre todo el asunto de la “corrupción” que priva en las dependencias
públicas de gobierno.
El problema no estriba en la
mala aplicación de los recursos presupuestados para la obra pública y social,
que muchas de las veces son desviados para otros fines políticos, sino en el Sistema Neoliberalista que nos gobierna
en la actualidad y que en nada beneficia a la clase obrera, campesina.
Desde que el ex presidente de
México, Carlos Salinas de Gortari,
aplicó en el país el Neoliberalismo para beneficiar a la clase empresarial para
mejorar el capitalismo, los cordones de miseria aumentaron en diferentes
lugares, pues mientras que la clase empresarial se hinchaba los bolsillos de
dinero, los niveles de pobreza aumentaban también y por ende los índices de
delincuencia.
Hoy en día, con el sueldo que
devengamos no nos alcanza para nada, ni para cubrir las necesidades de la
familia porque los salarios mínimos no son bien remunerados y mientras siga
imperando el Sistema Neoliberalista, los índices de pobreza irán en aumento.
La sociedad no se olvida de
estas afrentas, por lo que continúa en su lucha por lograr un país democrático
como siempre lo ha anhelado, es por eso que es de suma importancia que la gente
participe en las elecciones que se realizan en 14 estados del país para decidir
el rumbo que debe de tomar México como nación, y salir el próximo siete de
julio a depositar su voto en las urnas electorales.
Con la imposición de Enrique Peña Nieto para continuar con
la aplicación del sistema neoliberal, la clase media y asalariada seguirá
pegada a la pared, porque no podrán luchar contra el capitalismo que lo
impulsó, ni mucho menos se podrá luchar contra el “Gasolinazo” que desde
1976 nos comenzaron aplicar con la llegada de José López Portillo al poder, y que con la escalada de precios de
los carburantes, los automovilistas comenzaron a vivir un verdadero viacrucis
que hasta el día de hoy nos aplican y que no tienen para cuando acabar.
Y es que nuestro viacrucis no
terminó con el sexenio de López Portillo,
sino que continuó con Miguel de la
Madrid Hurtado, quien nos aplicó más aumentos con la escalada de precios de
los carburantes y que al término de su gestión en 1988, este aumento se elevó
tanto que su aplicación fue de más del cien por ciento, lo que llevó a la baja
a la industria automotriz.
Sin embargo, a la entrada de Carlos Salinas de Gortari, en 1988 el
precio de la gasolina durante su sexenio bajó hasta el 136 por ciento, lo que
permitió a la industria automotriz darse un pequeño respiro que no le duró
mucho, ya que con la entrada de las importaciones de vehículos, en su mayoría
usados, ésta decayó de nuevo.
Con Ernesto Zedillo Ponce de León, (1994-2000) el porcentaje en el Carburante subió a 290 por ciento, y
en los 12 años de panismo neoliberal esta cifra aumentó en más del 36 por
ciento, permitiendo que el aumento en la gasolina se vaya dando paulatinamente
mes con mes.
Hoy con el regreso del PRI a los “Pinos” ¿Será que Enrique Peña Nieto siga permitiendo
este abuso cada mes en los carburantes? o es que ¿el viacrucis que emprendieron
los automovilistas en los últimos 30 años todavía no terminan?, recordemos que
durante este sexenio que inicia con Peña
Nieto, el gasolinazo ya sufrió
de dos a tres aumentos, el último, apenas este mes de mayo, ¿lo seguirá
permitiendo el mandatario nacional?
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