Con el 99.89 por ciento de las casillas computadas, el Organismo Público
Local Electoral de Veracruz (OPLE)
registraba tres alcaldías para el PRI,
cuatro para el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), cinco para el Partido del Trabajo (PT), nueve para Movimiento Ciudadano (MC), 18 para el Partido Nueva Alianza (Panal), 17 para Morena, cinco para Encuentro Social, 112 para
la coalición PAN-PRD, 36 para la
coalición PRI-PVEM y tres para candidatos independientes.
Si lo que le pasó al Partido
Revolucionario Institucional (PRI)
en las estatales de 2016 ya se consideraba una tragedia para los priistas, con los
resultados de las municipales de 2017, el PRI
ha sido borrado del mapa electoral. De tener 80 alcaldías logradas en la
contienda municipal del 2013, ahora el partido más antiguo en Veracruz sólo
tiene 36.
Y si en las estatales perdidas por Héctor Yunes Landa a manos de su primo,
el actual Gobernador, Miguel Ángel Yunes
Linares, el PRI consiguió 929
mil sufragios, ahora sólo rondan los 577 mil sumando los del partido Verde con
la coalición. Es decir, en menos de un año, el tricolor perdió casi medio
millón de electores.
Encima de eso, las ciudades clave, como
Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica y Pánuco. Las de mayor presupuesto,
población y símbolos del poderío que alguna vez tuvo esta institución política.
Es el mismo periodo en que Renato
Alarcón, ex delegado del ISSSTE,
y Lorena Martínez, delegada del
Comité Nacional, llevan al frente de la institución.
Si hoy el OPLE tuviera que hacer una redistribución de las prerrogativas a
los partidos y usara los últimos resultados electorales, el PRI estaría al nivel de los partidos
que hoy sólo son cascajo como el PRD y
PT. En pocas palabras, ya no sería negocio una carrera política en el
tricolor. Al menos no en Veracruz.
Incluso, partidos pequeños, como Nueva Alianza, crecieron en su participación,
ya que de no tener alcaldías ahora el partido de la maestra Elba Esther se alzará con al menos 18
cabeceras.
Luego de que se perdiera más del 50 por
ciento de la presencia política de norte a sur del estado, el tricolor se
prepara a decirle adiós al control, por ejemplo, en el puerto jarocho.
El empresario Ramón Poo, quien llegó a la silla edilicia para cumplir el sueño de
ser Alcalde, como su papá, Gerardo Poo,
deberá pasar la pena de pasar la estafeta al Senador con licencia Fernando Yunes Márquez.
En el puerto se manejan poco más de mil
200 millones anuales de presupuesto. Es la ciudad cosmopolita y de mayor
renombre en el Golfo de México, a donde los del altiplano vienen a hacer
política y con un promisorio futuro por la ampliación de los muelles.
Historia, cultura y recursos es lo que
concentra el puerto jarocho, todo ello tuvo el PRI durante la última década, con alcaldes como Jon Rementería Sempé, Carolina Gudiño y Ramón Poo, ahora la plaza se apresta a ser de los Yunes, quienes ampliarán su reino desde Boca del Río hasta La
Antigua, pasando por Medellín de Bravo y Paso de Ovejas.
También se entregará la segunda ciudad con
mayor presupuesto, el clúster petroquímico de mayor relevancia en el país,
Coatzacoalcos, donde gobernaron cinco alcaldes del PRI en los últimos años.
El aspirante Juan Carlos Vasconcelos, literalmente resultó aplastado por Morena al cierre del informe, en
Coatzacoalcos, el partido sumaba 44 mil 088 votos, contra 29 mil 974 del PRI-Verde de Vasconcelos. “Aunque pierda haré una fiesta, y le
daré de comer a la gente que me apoyó”
dijo el líder cetemista al saber que los resultados no le favorecían.
Joaquín
Caballero deberá entregar el mando a Víctor
Manuel Carranza Rosaldo, de Morena,
impuesto como candidato por la Diputada federal Rocío Nahle. Con esto, el partido liderado por Andrés Manuel López Obrador se queda con la diputación local, la
federal y ahora la presidencia municipal.
Destino similar el de Xalapa, que estaba
gobernada por Américo Zúñiga, antes
lo fue por priistas como Elizabeth
Morales, el empresario Ricardo Ahued
y David Velasco Chedraui.
Xalapa se alza en relevancia por ser la
capital del estado, asiento de los tres poderes y de la Universidad
Veracruzana. Ahí se queda Morena con
diputación local y federal, que en su momento fueron del PRI. Si algún candidato salió masacrado ese fue el del PRI en Xalapa, Alejandro Montano, quien quedó con 18 mil 322 sufragios contra 67
mil 019 de Morena y 43 mil 184 de la aspirante panista.
Minatitlán sigue la senda de decir fuera
el PRI, los ciudadanos no aceptaron
la propuesta del tricolor, Ciro Félix
Porras, hijo de Guadalupe Porras,
ex Alcaldesa, ex Diputada, recordada como una de las mujeres más corruptas del
país; acá igual la cabecera distrital en el Congreso Local fue arrebatada al PRI en 2016 para quedar en manos de Morena.
San Andrés Tuxtla, que era gobernada por
el alcalde duartista más furibundo, Manuel
Rosendo Pelayo, está cerca de quedar
en manos del independiente Gustavo Pérez
Garay, hijo de la priista Marina Garay, ex Diputada local y ex
alcaldesa de San Andrés, con fama pública de haberse vuelto millonaria a costa
de las arcas municipales.
Otras cabeceras de relevancia perdidas por
el tricolor son Pánuco, pasa al PAN-PRD;
Poza Rica, pasa a Morena; Tuxpan,
pasa a independiente; Martínez de la
Torre, pasa a PAN-PRD; Zongolica,
pasa al PAN-PRD; Fortín, pasa al PAN-PRD; Cosamaloapan; PAN-PRD.
Coatepec, pasa a Morena; Tres Valles, pasa al PAN-PRD;
Nanchital, pasa a manos del PRD-PAN;
Playa Vicente, pasa al PAN-PRD; Agua
Dulce, a Morena; Coxquihui, PAN-PRD; Isla, al PAN-PRD; Juan Rodríguez
Clara, PAN-PRD, y acá, su
alcaldesa, Amanda Gasperín, suma su segunda derrota
electoral al hijo, pues en las del 2016 ella contendió por la diputación local
de Santiago Tuxtla, pero resultó avasallada por Jazmín Copete; muy cercana al suegro incómodo, Antonio Macías, Amanda
Gasperín, y su esposo, Rafael
Rodríguez, cargan a sus espaldas señalamientos del pueblo de saquear la
tesorería, montar compañías de obra pública y que además edifican trabajos de
mala calidad.
Ni siquiera se presentó a votar el ex
Gobernador Fidel Herrera Beltrán,
quien en sus años de Ejecutivo no perdió ni una sola contra su rival acérrimo, Miguel Ángel Yunes Linares. En 2010, a su salida, de hecho, logró colocar a Javier Duarte de Ochoa como gobernador
por seis años, una decisión de la cual se arrepintió tiempo después, según ha
declarado él mismo a medios de comunicación internacionales.
Operador electoral nato, Fidel Herrera presentía lo que se
avecinaba, de ahí su ausencia en el tendedero de declaraciones. Otras fuentes
allegadas a él, adelantaron que temía ser detenido por el gobierno de Yunes Linares.
Renato Alarcón ni Lorena Martínez lograron salvar el barco, menos a los candidatos
que ellos pusieron, como Fidel Kuri,
en Veracruz, enviado al tercer lugar, debajo de Morena.
El PRI
salió del palacio de gobierno de Xalapa hace un año. El mayor factor para que
el PRI resultara expulsado, las
tropelías cometidas por Javier Duarte de
Ochoa y su gabinete, desde el saqueo de las arcas, préstamos millonarios
que mantienen empeñadas las finanzas del estado y serias y sistemáticas
violaciones a los derechos humanos.
El PRI
no pudo repuntar la tendencia de rechazo ni porque Javier Duarte de Ochoa ya se encuentra detenido y a la espera de
juicio de extradición en Guatemala. Mucho menos por el hecho de que una de las
principales promesas de Yunes Linares,
acabar con la inseguridad en seis meses, no se ha concretado.
Del panorama global de la votación en las
municipales del 2017, el PRI ganó el
17.995 por ciento de la votación total, con ese porcentaje se disputa el tercer
lugar de fuerza política en Veracruz con Morena,
partido que hace tres años ni figuraba. (Proporcionado por: Sin Embargo).
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