Por; Jesús Díaz
Los mayas dejaron
constancia de su cultura en México y países centroamericanos, una civilización
nómada que a través de los siglos se expandió y floreció política y
socialmente, pero su principal legado fue la astronomía y sus monumentos
arquitectónicos que hoy en día gozamos, un pueblo que sigue luchando por
conservar sus raíces.
Se dieron a conocer por sus
monumentales edificaciones que dejaron como legado para las generaciones de
nuestro tiempo y que en diferentes períodos realizaron, fueron grandes astrónomos,
vivían de la agricultura y elaboraban artesanías como sucede en la actualidad.
En el desarrollo de sus
actividades cotidianas y de trabajo no tenían transporte alguno como el que
podemos percibir hoy en día en las comunidades rurales del sureste de México,
Belice, Guatemala y el salvador (el triciclo, la bicicleta, el caballo, la moto
y camionetas). No utilizaban caballos de carga hasta la llegada de los
españoles durante la conquista.
Sin embargo, obtuvieron mucho
conocimiento del medio ambiente, se dirigían a través de los astros para
realizar sus cosechas, para lo cual, establecieron técnicas agrícolas, improvisaron
sistemas de captación y almacenamiento de agua pluvial como los cenotes, las
aguadas y depósitos subterráneos (Chultanes).
En el Preclásico,
período en la que floreció la cultura maya (2000 a. C. – 100 d. C.) levantaron una serie de edificaciones
arquitectónicas, monumentos esculpidos y textos jeroglíficos que dejaron para constancia de la humanidad de nuestros
tiempos, como los que observamos actualmente en Izapa, Chiapas, Cuello
Belice, Chichén Itzá y Lol-Tun en Yucatán, cuyos orígenes
mayas se remontan en otros países como Abaj
takalik y Tikal en Guatemala, y
el Chalchuapa en el Salvador.
En diversos sitios mayas se
construyeron enormes basamentos sobre los que se erigieron templos, palacios,
edificios astronómicos, juegos de pelota como las que se edificaron en el
período Protoclásico (Años 100 y 250 de nuestra era) como en
el caso de las zonas arqueológicas de Kohunlich,
Dzibilchaltun, Calakmul y el Mirador,
en el sureste de México.
Las edificaciones piramidales
que construyeron en Guatemala, salvador, Belice y México, fueron templos o
Santuarios dedicadas a sus deidades, alrededor vivían las familias comunes y en
el centro los gobernantes, como el edificio de cinco pisos que se encuentra en Edzna, el Nohoch Mul en Coba, el Adivino en Uxmal, el templo de las inscripciones en
Palenque, Chiapas o los templos elevados
en Tikal, Guatemala.
Las familias en ese entonces se
dedicaban a la agricultura, la producción de diversos alimentos, artículos de
consumo, artesanales (como las piezas arqueológicas que se encuentran en
excavaciones de los sitios arqueológicos) y prestaban la mano de obra para la
edificación de sus templos y edificios donde vivían sus gobernantes.
En la actualidad los
descendientes de los mayas que viven en comunidades rurales realizan las mismas
actividades, pues dedican su tiempo a la agricultura en pequeños huertos, a la
elaboración de productos artesanales y su medio de transporte es rudimentario,
no así el de los gobernantes y funcionarios públicos que acuden a la zona rural
en ostentosas camionetas y suburbans.
Para la elaboración del
“Calendario Maya” los astrónomos crearon dos ciclos o Cuentas de días a los que llamaban “haba” y “Tzolkin”. El primero medía los movimientos de la Tierra con respecto al
Sol (365 días) y el segundo tenía un
fuerte sentido religioso, como un almanaque sagrado (260 días).
Esta combinación de ambos ciclos
les permitió a los mayas obtener una unidad de tiempo mayor 52 años (Llamada Cuenta larga). Sin embargo, necesitaban un calendario que
registrara su pasado, presente y futuro. Fue así como crearon “La Cuenta Larga” o Serie Inicial integrado por 13 grandes periodos o “Tatunes”. Cada uno de esos periodos tenía alrededor de 394 años.
No se sabe aún con certeza los motivos por el cual la
civilización maya desapareció de repente, solo podemos admirar a su
descendencia que aún habita en comunidades mayas, descendientes de aquella
antigua civilización que se negaba a desaparecer y decidieron no seguir a sus
gobernantes hacia otros sitios, pero cubrieron con tierra sus monumentos arquitectónicos
y templos sagrados para que no sean destruidas por saqueadores fortuitos.
Juego de pelota... |
Este resquebrajamiento que
sufrieron las estructuras del poder político entre los años 900 y 1000 de
nuestra era, se cree que fue por la intensa sequía, seguido de las plagas que
asoló en esa época a los pueblos mayas.
Y es hasta en el Postclásico Tardío (1200 – 1450 d. C.) que la cultura maya
experimentaría un cambio en su vida política y social, abandonaron la
elaboración de la cerámica y de la arquitectura, y surgieron nuevas acciones de
gobierno con otras ideologías políticas.
Cenotes... |
A la llegada de los europeos al
nuevo mundo, cambió por completo la vida social, cultural y espiritual de los
pueblos mayas que sufrieron guerras, vejaciones, destruyeron sus monolitos, sus
templos sagrados, su escritura (nos heredaron el Cero) y el proceso de
transformación fue largo, donde al final los españoles impusieron un nuevo
modelo de organización social y religioso llamado “El nuevo mundo”.
Hoy en día los pueblos mayas
siguen luchando por conservar sus tradiciones y su bello esplendor, aún en
contra de las innovaciones a la que es sometida por la modernidad tecnológica,
pero que todavía se palpa el sentir de una población lacerada por el tiempo y
los malos gobiernos que no se preocupan por mejorar sus condiciones de vida.
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