Ciudad
de México.- La cadena de hoteles española RIU inició
el 8 de enero pasado un trámite ante la Secretaría de Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) para construir un hotel en Isla Mujeres, Quintana Roo, que
forma parte de uno de los 14 lotes de un plan maestro llamado Desarrollo
Turístico Costa Mujeres (DTCM), avalado el 24 de junio de 2011 por el Gobierno
del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y que de acuerdo con académicos,
activistas y partidos de oposición provocará serios daños al ecosistema de la
zona.
MX
RIUSA II, S.A. de C.V., filial de RIU México, solicitó a la Semarnat el
otorgamiento de un permiso para construir un nuevo complejo en una superficie
de 162 mil 082.64 metros cuadrados. La escritura pública número P. A. 84,516
Volumen 786/2015, de fecha 15 de diciembre del 2015, revela que el “Hotel Costa
Mujeres”, como denomina al proyecto, estará ubicado en la zona costera del
Municipio de Isla Mujeres.
El
Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) presentado por esta empresa a la Semarnat
reconoce que habrá daño a la flora y fauna del sitio. En ese documento se
identifican dos especies de flora silvestre dentro de la categoría de “especies
amenazadas”: la palmera guano de costa y la palmera plateada mexicana; en
cuanto a la fauna, también se reconoce un daño en el área para la iguana gris y
la lagartija escamosa de Cozumel, una especie que además está sujeta a
protección especial.
Al
respecto, Antonio Lot Helgueras, doctor del Instituto de Biología de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo a SinEmbargo que la sola
duda de que especies de flora y fauna endémicas estén en riesgo por un proyecto
inmobiliario es un un incentivo para detener una construcción.
“No
se puede ver de manera independiente a una especie en particular, sino debe
verse todo el ambiente en conjunto. Si se modifica drásticamente el entorno de
una especie de flora o fauna lo más probable es que se generen distorsiones que
provoquen su desaparición”, explicó el especialista.
Pero
el impacto ambiental presentado para el proyecto de RIU será mayor, afirman
especialistas. El Hotel sólo ocupa uno de los 14 lotes hoteleros–residenciales
que integra el Desarollo Turístico Costa Mujeres, aprobado por la Semarnat
durante el sexenio del ex Presidente panista Calderón Hinojosa.
El
DTCM consta de un terreno de 381 hectáreas y se localiza en la colindancia con
el camino costero al norte de Punta Sam, en el Municipio de Isla Mujeres. Ahí,
además del proyecto de RIU se construirán un campo de golf de nueve hoyos, dos
clubes de playa, una casa club, un área de vívero, caminamientos, vialidades y
glorietas. También 151 hectáreas se destinarán a la construcción de 6 mil 900
cuartos de hoteles, y sólo 58 hectáreas se reservarán como áreas de
conservación.
CALDERÓN,
EL AMBIENTALISTA
El
ex Presidente Felipe Calderón se envolvió recientemente en una polémica por
acusaciones de activistas que lo señalan como corresponsable por el ecocidio
realizado en el Malecón Tajamar el pasado 16 de enero.
El
Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) informó el 26 de enero que las
ampliaciones y autorizaciones de Impacto Ambiental se dieron justamente durante
la administración de Felipe Calderón, en 2006.
Pero
el ex Presidente se deslindó de las acusaciones.
“La
autorización de #Tajamar fue 2/2005, 1.5 años antes de mi gobierno. Luego
publicamos Ley que prohibía la tala de mangle”, escribió en su cuenta Twitter .
Sin
embargo, el mismo martes a través de Twitter, el Fonatur se dirigió
directamente al ex mandatario panista para “enterarlo” de que las
autorizaciones ambientales para el proyecto Tajamar se otorgaron entre 2005 y
febrero de 2006 [en el sexenio de Vicente Fox Quesada], y que las prórrogas a
su vigencia se dieron en 2009 y 2011 [ya en el Gobierno de Calderón]. La
dependencia federal, además, aclaró que las prórrogas se otorgaron incluso
después que el propio Calderón propuso
modificaciones a la Ley General de Vida Silvestre para proteger los
manglares en México.
Ahora,
de acuerdo con documentos oficiales registrados en la Semarnat, el 24 de junio
de 2011 –también durante el sexenio de Felipe Calderón– se avaló el plan
maestro para construir el Desarrollo Turístico Costa Mujeres, aun cuando en la
Matriz de Identificación de Impactos Ambientales de la Manifestación de Impacto
Ambiental (MIA), Modalidad Regional, se registraron 84 interacciones efectivas,
de las cuales 55 corresponden a impactos ambientales negativos, es decir el
65.47 por ciento.
“La
ponderación de impactos ambientales obtenidos de esta matriz, indica que los
componentes ambientales mayormente afectados en términos de impactos negativos
netos son la fauna 20.24 por ciento, el agua 17.86 por ciento y el suelo 16.67
por ciento”, cita la MIA.
Tan
sólo las etapas de preparación y construcción del proyecto abarcan, de forma
correspondiente, hasta el 34.54 y el 45.45
por ciento del total de impactos negativos, mientras que la etapa de
operación sólo el 20 por ciento.
Previo
a la presentación del DTCM, el 9 de septiembre del 2010 hubo legislaciones que
fueron resueltas en la región durante el sexenio de Calderón que facilitaron la
presentación de un proyecto de tal envergadura con un valor de 1 mil 400
millones 419 mil dólares en la zona (unos 25 mil 800 millones de pesos).
Una
de ellas fueron los lineamientos del Programa de Ordenamiento Ecológico
Territorial, hecho público en el Periódico Oficial del Gobierno del estado de
Quintana Roo, el 9 de abril del 2008, y el otro fue el Plan Parcial de
Desarrollo Urbano de la Península Chacmuchuch, publicado en el mismo medio, el
27 de diciembre de 2007.
TRAJES
A LA MEDIDA” PARA EMPRESARIOS
“Te
puedo decir que todos los ordenamientos territoriales de los últimos años no
han sido de desarrollo ecológico, sino sustentable. De esta manera han sido
trajes a la medida para los inversionistas, hechos por funcionarios de Gobierno
y políticos“, denunció Araceli Domínguez Rodríguez, presidenta del Grupo
Ecologista del Mayab (Gema).
El
DTCM colinda con la laguna Chacmuchuch, lo que ha hecho a grupos de oposición
manifestar su preocupación por la contaminación en la zona que conllevarán las
obras.
El
predio se encuentra inserto en un Sistema Ambiental Regional conformado por la
Barra Litoral de Chacmuchuch, en dónde el 52.96 por ciento está cubierto por
humedales y manglares costeros.
“El
área donde planea desarrollar está muy cerca de la laguna, que está en la parte
de atrás, llamada Chacmuchuc [de mil 859 hectáreas]. Hay especies protegidas
que viven ahí, hay presencia de mangle, uva de mar, palma chit, especies protegidas por la NOM 059 de
especies protegidas de Semarnat del 2010”, explicó Gerardo García, encargado de
difusión del Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Cancún.
Por
otra parte en la zona marina adyacente hay pastos marinos que juega un papel
importante como estabilizador de sedimentos, refiere el MIA. Hay registro de al menos dos especies de
pastos marinos, 57 especies de macroalgas, ocho especies de corales
escleractínios, nueve especies de gorgonáceos, 11 especies de esponjas, 13
especies de otros invertebrados y 23 especies de peces.
Por
otra parte el MIA refiró que en el área terrestre hay por lo menos 64 especies
de vertebrados. “Esta fauna está representada por tres especies de anfibios,
ocho de reptiles, 43 de aves y 10 de mamíferos. El grupo más importante
considerando todas las categorías taxonómicas fue el de las aves y el grupo
menos representado el de los anfibios”, cita el documento.
Pero
además el área respresenta una extrema fragilidad hacia el cambio climático. El
promovente, Riberas de Cancún S. A.,
proyectó una vida últil de 100 años y que terminará de ser construida en
22.
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