Por: Jesús Díaz
El mito de los “Vampiros” parece cobrar vida hoy en día con el hallazgo de dos esqueletos realizado el pasado domingo tres de junio del año en curso, cerca de un monasterio medieval en la pequeña ciudad de Sozopol, Bulgaria, específicamente en un cementerio situado detrás de la iglesia ortodoxa de San Nicolás.
Cuando se creía que el mito del “hombre lobo”, “Frankenstein”, “Drácula” y otros personajes malignos de la época medieval eran solo un pasaje de la mente de los novelistas y de las masas populares, un nuevo descubrimiento pone en duda a los arqueólogos e investigadores búlgaros, quienes no daban crédito a lo que habían descubierto el pasado 03 de junio con la excavación de dos tumbas en un cementerio de vampiros, en la primera aparece un hombre enterrado con un hierro clavado en el corazón, y en la segunda el que parece ser de una mujer.
Este descubrimiento, según los arqueólogos, data del siglo XVIII o XIX, ya que revela una costumbre de la época que consistía en atravesar el corazón de algunos fallecidos con una hoja metálica para que no volviesen de entre los muertos en busca de sangre de los vivos.
Creían que las almas de la gente malvada se quedaban en los cuerpos como tormentos, y algunos de ellos se convertirían en la noche en “Vampiros” y que buscarían chupar la sangre de los animales primero, y luego la de los humanos.
El Director del Museo Nacional de Historia en Bulgaria, Bozhidar Dimitrov, señaló que la verdad sobre los vampiros dista mucho de ser solo una leyenda que se ha formado en torno a estos enigmáticos seres, ya que durante la excavación que se realizó poco después del primer hallazgo se encontró una segunda tumba con un cadáver también atravesado por un hierro, del que se sospecha por la constitución de los huesos y la cercanía del primera tumba, que podría ser la esposa.
Indicó que cada vez son más los indicios que nos llevan a asegurar que entre la raza humana compartimos el Planeta con otros seres de los que se conocen poco, porque llevan una vida oculta para no ser descubiertos, y el descubrimiento de dos esqueletos de la edad media atravesados por barras de hierro para impedir que se “transformen de nuevo en vampiros” es un ejemplo de estos misterios insondables que rodean al mundo.
Los dos cuerpos tienen una antigüedad de 700 años, lo que pone en evidencia una práctica que se mantuvo en algunas aldeas búlgaras hasta la primera década del siglo XX, que por la ubicación de la tumba podrían haber pertenecido a la aristocracia.
Bozhidar Dimitrov, explicó que, según la creencia pagana, el corazón de los muertos de sujetos que podrían ser “peligrosos” debía ser atravesado con una estaca de madera o de hierro. De esa forma quedaban clavados al féretro, impidiéndoles “salir a la media noche”.
“Hasta la fecha unos cien esqueletos de este tipo han sido encontrados en Bulgaria, todos ellos de hombres, esta práctica también existió en otros países balcánicos, sobre todo en Serbia”, expresó el historiador.
Reiteró que los cuerpos de estos seres eran enterrados junto a ajos y agua para ser aniquilados definitivamente, y para que no volviesen de entre los muertos, los pobladores exhumaban el cadáver y les clavaban una estaca para que así no se transformaran en Vampiros.
A pesar de las leyendas que existen en torno al vampirismo en los Balcanes que datan de siglos atrás, se tiene la creencia que ésta pudo haber sido una realidad, realidad o ficción, es que en la actualidad el mito moderno se basa en la novela de “Drácula” publicada en 1897 por Bram Stoker, quien se inspiró precisamente en historias populares de la zona.
Los aldeanos practicaban ese rito contra personas que en su vida fueron consideradas malvadas, hacían maldades contra la gente o simplemente se ocupaban de algo que la sociedad no entendía, como por ejemplo: investigaciones científicas o médicas. Se creía que después de morir, tales personajes se convertirían en vampiros, quienes atormentaban y bebían la sangre de los vivos.
Para el arqueólogo búlgaro, Nikolay Ovcharov, el caso del “Vampiro de Sozopol” no es el primero ya que no tiene mucho tiempo que se descubrió también una cadáver de la misma época enterrado cerca de una iglesia en la ciudad de Veliko Tor novo, en Bulgaria central.
Para los historiadores y arqueólogos, en la actualidad existen dos categorías de vampiros, el que es heredero de un linaje, los cuales pueden vivir por cientos de años en la inmortalidad, pero que también pueden morir, sanan muy rápido de las enfermedades que padecen y sus cuerpos pueden regenerarse.
La luz del día no les hace daño, ya que nacen en un estado muy humano y sus cuerpos van cambiando mientras entran a la pubertad. Pueden nutrirse bebiendo alimentos humanos y no les sucede nada.
En el caso de la segunda categoría de vampiros, se les llama “Night-Timers”, porque son herederos del “Gen” del vampirismo de un miembro de la familia, aunque no necesariamente de sus padres, pero si algún miembro de su familia tenía el gen, lo pueden transmitir por generaciones lejanas, es por esta razón que se cree que en nuestros días hay gente con estos genes viviendo entre nosotros.
Estos vampiros se nutren de sangre humana o de animal, no necesariamente tienen que atacarlos, pueden adquirir la sangre en los bancos de hospitales con cualquier pretexto.
No son inmortales, envejecen más lentamente pero no llegan a vivir tantos años como los de la primera categoría que sí son herederos de un linaje, porque nacen de padres vampiros, estos llegan a vivir si al caso unos 200 años como los esqueletos de vampiros que se han descubierto en Bulgaria.
Todas las clases de vampiros pueden y salen de día y con el Sol pero se sienten débiles y cansados durante las horas que pasan con los rayos de la luz solar.
Las historias que se han escrito sobre los vampiros como “El Conde Drácula” y últimamente “Crepusculo” que ha acaparado la atención del público joven, precisamente por conocer más acerca de la historia del vampirismo en el mundo, son solo un abstracto de lo que es en realidad la historia de estos seres enigmáticos que se cree existen en nuestros días, pero que se ocultan y viven en lugares lejanos de las ciudades para no despertar sospechas, ya que en determinado tiempo de sus vidas se van a otros lugares para seguir ocultando su existencia.
En Bulgaria, aún existen grupos o sectas llamadas “vampíricos” que adoran a estos seres, pues se cree que son descendientes de algún linaje familiar que por sgeneraciones han venido sobreviviendo a través de sus genes, los cuales, ante la modernidad que vivimos evitan su extinción.
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