Por: Jesús Díaz
Con la entrada de la nueva era, descrita en la Cuenta Larga del “Calendario Maya” (baktún 13 4 ahau 3 kankin),
descifrada por arqueólogos en la estela 1 de la zona arqueológica del “Tortuguero” en el estado de Tabasco, los seres humanos entramos ya a una
nueva era de conciencia espiritual.
Pero esta Cuenta Larga de 5, 126 mil años descrita en el Calendario
Maya, no solo marca el fin de una era, sino la renovación espiritual de todo ser
humano que radica en el Planeta Tierra, pero que lamentablemente, este cambio
de vida espiritual viene plagada de sin sabores no predichas por los antiguos
mayas en el Calendario, pero sí provocadas por la mano actual de los hombres
que en su acelerado modo de vida materialista y sodomita están destruyendo su
propio hábitat, están dañando a la Tierra, nuestro entorno ecológico y
degradando el medio ambiente.
La madre Tierra está empezando a sacudirse de todo daño que le ha
causado el hombre mismo con la tala de los árboles, la práctica de bombas atómicas en sus entrañas y el saqueo
inmoderado del petróleo que ha dejado huecos en la misma tierra que empieza a
cubrirse con el reacomodo de las placas tectónicas, causante de los sismos,
temblores y terremotos.
El efecto invernadero causado por el uso del aerosol, el humo de las
fábricas, los vehículos que consumen gasolina está dañando considerablemente la
capa de Ozono, y orillando cambios irremediables en el planeta, como la llega
del Cambio Climático.
Es por esta razón que mientras en nuestro país se presentan heladas, en
otras partes del mundo hace demasiado calor, llueve, hay inundaciones, la
tierra se seca y se agrieta, los lagos y ríos bajan de nivel, y mientras los
gobiernos del mundo no pongan un freno a tanta inmundicia que ellos mismos provocan
y protegen a quienes la ocasionan, el deterioro de la tierra seguirá su curso
hacia la debacle mundial.
El campo está dejando de producir alimentos,
los árboles no dan frutos como antes, cada vez los campesinos tienen que
batallar con la tierra para producir alimentos de calidad, pues casi no llueve
en el campo rural.
Cada vez estamos comprando alimentos del extranjero porque nuestras
tierras producen menos por el tanto uso de herbicidas, pesticidas, y demás insumos que se
utilizan para abonar el campo y combatir las plagas.
En esta Nueva Era que nos toca vivir, un nuevo año que comenzamos, nos
debe de servir de reflexión para evitar cometer más errores en lo futuro.
Desde el 21 de diciembre pasado, con la llegada del ciclo de invierno,
entramos también a una nueva era espiritual descrita en la Cuenta Larga del
Calendario Maya (baktún 13 4 ahau 3
kankin), de 5, 126 mil años, entramos a una nueva era espiritual que está
transformando nuestros cuerpos de manera gradual, para poder habituarnos a un
nuevo modo de vida.
Los síntomas se nos presentan de diversas formas, según el organismo
humano, ya que la energía que emana del centro de la galaxia es una luz energética
que cubre al ser humano, por lo que uno se siente un poco extraño, inquieto, se
siente observado, se le presentan vómitos, una especie de rasquera, diarreas y
punzadas en diferentes partes del cuerpo.
Esta energía está cubriendo tu cuerpo que se está llenando de la energía
divina del Dios Supremo, del Dios Creador. Muchos están sufriendo estos cambios
que se les presentan como punzadas en el cuerpo, falta de respiración, diarreas
y sienten el cuerpo cortado, pero no todo los organismos humanos no son
iguales.
Esperemos, pues, que este inicio de era
espiritual para la humanidad que consta de 5,126 años en el calendario maya, se
pueda vivir en armonía con la madre naturaleza y no surjan más predicciones
fatales de las que ya sabemos con el inicio del Cambio Climático que ya nos
llegó, solo esperamos que los gobiernos del mundo encuentren una solución
rápida antes de que las catástrofes aumenten y sigan acabando con la gente que
poblamos el planeta Tierra.
Que no sigan engañando a la población
mundial para desviar sus atrocidades como las pruebas atómicas, el saqueo
inmoderado del petróleo, la destrucción de los árboles y encuentren una
solución rápida para cambiar, para que nuestros hijos vivan en un mundo de paz
y armonía con la naturaleza, de lo contrario, estaremos condenados a
desaparecer, y solo nos quedará la esperanza de que otras razas que a menudo
nos visitan nos rescaten y nos lleven a sus mundos para evitar que la raza
humana desaparezca.
“Dios Nuestro Señor”,
dispuso vida en este Planeta y a cada uno de los seres humanos les dio una
tarea para cumplir, pues al final de cada ciclo de vida, el espíritu se
desprende del cuerpo para continuar con la encomienda en otros mundos
habitados, hasta cumplir con los ciclos que nos tiene destinados en las
diferentes vidas a donde nos envíen para poder entrar a la luz divina que nos guiará
hacia la consumación de la vida eterna.
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