Por: Jesús Díaz
Un nuevo rumbo político ha
iniciado en Quintana Roo con la entrada de la “Oposición” al gobierno del estado, donde la sociedad en
su conjunto espera el cambio que por varios sexenios han
esperado, tanto en lo político como en lo económico y social.
La sociedad ya cansada de las
migajas que recibía de los gobiernos priistas y la poca atención que se le daba
al campo agrícola, la inseguridad pública, a las clases marginadas, la falta de
empleos bien remunerados, obras públicas sin concluir, proyectos productivos
para la pequeña y mediana industria, mejores becas para el estudio de nivel
superior, educación, son entre otras las demandas que los ciudadanos reclamaban
y que no eran atendidas con oportunidad.
Hoy con el nuevo rumbo político
que ha tomado Quintana Roo, las clases
sociales esperan de sus gobernantes que cumplan con las promesas hechas durante
las campañas políticas y serán ellos mismos, quienes juzguen el actuar de los
nuevos funcionarios públicos, porque por eso votaron por el cambio el pasado 5
de junio, un cambio en el que vean reflejadas en sus bolsillos la prosperidad
económica que tanto ansían para el bienestar de las familias.
El despertar de los
quintanarroenses era ya inevitable, pues la lección que dieron los votantes al PRI en las urnas electorales el 5 de
junio pasado, ya se venía maquinando, solo era cuestión de tiempo y de un buen
candidato por parte de la oposición para dar marcha al cambio que tanto
esperaban, un candidato que cumpla con las expectativas de la sociedad, un
candidato cercano al pueblo, que escuche y atienda a la gente en sus demandas y
carencias, no un candidato que vele por los intereses de partido o grupo
político afín. }
La llegada de Carlos Joaquín González, al Poder
Ejecutivo, marca un parteaguas en la vida política del estado, sabe de antemano
cuales son las necesidades de la gente, sus carencias; lo vislumbró en los recorridos que de forma
constante hacía en los 11 municipios del Estado de Quintana Roo, la cual le
permitió elaborar un proyecto de trabajo bien definido que le permitirá sacar
adelante la encomienda que el pueblo le legó al depositar su voto en su favor
en las urnas electorales.
Carlos Joaquín González, recibe una administración con muchas
carencias y una deuda por demás impagable para los próximos años, aunado al
recorte presupuestal que se espera por parte de la federación para el ejercicio
fiscal 2017, estimado en más de un 30 por ciento, lo que lo obliga a
implementar de manera urgente un programa de austeridad para reducir el gasto
corriente de todas las dependencias y organismos descentralizados del gobierno
del estado.
Ante esta difícil situación
económica que enfrenta en el inicio de su administración, Joaquín González, deberá de trabajar sobre un plan financiero para
atender de manera prioritaria las necesidades más apremiantes de la población y
sacar adelante los compromisos contraídos con la sociedad durante su campaña
política.
Para la transformación del
estado, el mandatario estatal tiene que poner en marcha proyectos productivos
que propicien la inversión en la entidad con sueldos bien remunerados para
mejorar la economía de las familias quintanarroenses con la cual pueda avanzar
su administración a mejores objetivos deseados.
El cambio esperado por los ciudadanos está en
marcha y la alternancia en el Poder Ejecutivo del Estado es ya histórica en
Quintana Roo, solo se espera que nuestras autoridades cumplan con lo prometido,
sobre todo, Carlos Joaquín González,
quien al tomar protesta en el máximo estrado del Congreso del Estado el pasado
25 de Septiembre, se comprometió a mejorar la vida política, social y económica
de los quintanarroenses, al mismo tiempo que dijo “Les voy a cumplir”.
Una de las acciones que deberá
de afrontar, Carlos Joaquín, es sin
lugar a dudas el tema de la “Inseguridad
Pública” que tiene asolada a la
población, pues el fracaso en esta materia de los gobiernos priistas que lo han
antecedido, ha significado que en los últimos 30 años se haya desatado una
serie de ejecuciones a plena luz del día, lo que pone en peligro la vida de los
transeúntes,
La coordinación entre las
autoridades policiales de los tres órdenes de gobierno es inevitable para
combatir este cáncer social que tiene agotada a las familias, sobre todo a los
empresarios que son presa fácil de robos, extorciones, levantamientos y
ejecuciones, por lo que la gente ya está harta de las promesas incumplidas,
porque el gobierno ha fallado en su responsabilidad constitucional de velar por
la seguridad de los quintanarroenses.
Otro rubro que deberá de atender
con prontitud el nuevo mandatario estatal, es el “Campo Agrícola” que da
patadas de ahogado, por la falta de recursos frescos para trabajar las tierras
con proyectos productivos que traigan beneficios a las familias campesinas,
como también la reparación de los
caminos de acceso hacia sus cultivos y un canal directo de comercialización
para evitar el “Coyotaje” que al final son los que más se
benefician con la producción del campo.
Al Congreso del Estado llega una nueva generación de políticos que han
luchado por mejorar la vida política, social y económica de los
quintanarroenses, los cuales tienen la oportunidad ahora de demostrar de que
están hechos, y a través de las leyes que emitan, podrán realizar las reformas
necesarias para mejorar la vida productiva de las familias que viven bajo el
látigo del hartazgo político, del desengaño y
la desilusión de sus gobernantes.
Carlos Mario Villanueva Tenorio, Eduardo Martínez Arcila, Emiliano
Ramos Hernández, José Esquivel
Vargas, entre otros destacados legisladores han dado muestra ya del trabajo
político que realizarán al frente de la XV
legislatura Local, entre ellas, el duro cuestionamiento que recibieron los
secretarios del gobierno saliente durante sus comparecencias para ampliar la
foja del último informe de gobierno que envió al Congreso Roberto Borge Angulo, así como la transmisión de los eventos para
transparentar las actividades del cuerpo legislativo.
Y no perdamos de vista a estos
legisladores, ya que de esta camada podría perfilarse el próximo gobernante de
oposición que sustituya en el cargo a Carlos
Joaquín González en el próximo gobierno de la entidad, dada las condiciones
de marginación de que fueron objeto los priistas tanto en el Gobierno del
Estado como en el Poder legislativo. Empero, tendrán todavía seis años para
proyectar su figura política de acuerdo al trabajo que realicen en este sexenio
que inicia y a la simpatía de que gocen ante la sociedad.
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