· México no querrá “jugar” a la guerra con nosotros, dijo Trump…
Washington
(SinEmbargo/AP).-
Donald John Trump,
quien continúa avanzando en su aspiración para representar al Partido República
en la carrera hacia la Casa Blanca, estaría dispuesto a ir a la guerra con
México si el país no paga por el muro fronterizo que el magnate ha prometido
construir en la frontera sur de Estados Unidos.
Trump,
fue cuestionado esta mañana por el reconocido periodista Bob Woodward sobre qué medidas tomará para obligar a México a pagar
los 8 mil millones de dólares que según sus cálculos constará construir los 3
mil 200 kilómetros de barda.
“Quiero
preguntarle sobre la pared que va a hacer a México construir”, le dijo el periodista galardonado
con el premio Pulitzer. “Mis colegas dicen que usted no ha respondido a la
pregunta de cómo vas a hacer eso, y usted sabe, de los negocios, que alguien
puede tener una buena idea, pero ¿cómo la va a hacer? ¿Nos puedes dar alguna
idea?”, prosiguió Woodward en la entrevista publica en
NBC.
En respuesta, Trump dijo que “en
primer lugar, México no va a construir, nosotros vamos a construirlo”; aseguró que “la razón por la que van a pagar y la forma en que tendrá que pagar
es la siguiente: tenemos un déficit comercial ahora con México de 58 mil
millones al año y la pared va a costar 10 mil millones al año”.
Sin embargo, Woodward interrumpió y
presionó al republicano al cuestionarle sobre cómo iba a tomar el dinero de
México para edificar la barda fronteriza.
“Son
una nación soberana ¿Cómo se puede convencer a una nación soberana que dice que
no quieren pagar, a pagar?”, dijo Woodwar. Y agregó: “Si dicen que no, ¿estaría dispuesto a ir a la guerra para pagar
por este muro?”.
El republicano dijo de inmediato: “Créeme, cuando rejuvenezca a nuestros
militares, México no querrá “jugar” a la guerra con nosotros, que te
puedo decir, no querrá jugar a la guerra con nosotros”.
Distintos periodistas y analistas
políticos han planteado la posibilidad sobre si Donald Trump cumplirá su
promesa de construir un muro a lo largo de los 3 mil kilómetros de frontera
entre Estados Unidos y México para impedir la migración irregular. Y lo que es
más, ¿puede hacer que México lo pague?
Levantar el muro es una iniciativa muy
festejada en los actos de campaña del magnate. Es una empresa compleja y
rodeada de dificultades. En su camino se alzan numerosos obstáculos
burocráticos, diplomáticos, ambientales, monetarios y logísticos.
Y obligar al Gobierno mexicano a pagar la
factura no será sencillo. El Presidente Enrique
Peña Nieto, así como sus antecesores Felipe
Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quesada han rechazado esa posibilidad.
No obstante, no es la primera vez que se
intenta colocar una barrera física entre México y Estados Unidos. Durante el
segundo mandato del Presidente George W.
Bush, el Congreso autorizó mil 200
millones de dólares para construir varias millas de cerca doble, pero el
gobierno afrontó un sinfín de obstáculos. Propietarios privados que rechazaban
las ofertas de compra de terreno. Preocupaciones ambientales y demandas.
Ahora hay mil 46 kilómetros (650 millas)
de cerca en la frontera, lo que incluye un valla de acero de 4 metros de altura
en muchas zonas urbanas, diseñada para detener o reducir el número de personas
que cruzan, así como barreras para vehículos, postes de acero más cortos llenos
de cemento y plantados en el suelo.
Construir eso ya fue un desafío, y un
nuevo muro más alto como el que quiere Trump
afrontaría sin duda la misma oposición, si no más.
En primer lugar, un acuerdo de fronteras
de 1970 regula la construcción de estructuras a lo largo de los ríos Colorado y
Bravo en la frontera mexicana. El texto indica que las estructuras no pueden
perturbar el flujo de los ríos, que pasan por Texas y 38 kilómetros (24 millas)
en Arizona y definen la frontera entre ambos países, según la Comisión
Internacional de Fronteras y Agua, una agencia conjunta estadounidense y
mexicana que administra el tratado.
Trump
dijo que su muro no tendría que cubrir toda de la frontera, pero aunque se
excluyan los tramos bloqueados por accidentes geográficos, sigue habiendo
graves problemas. En algunos lugares, las obligaciones del tratado y las zonas
de inundación designadas en el río requerirían levantar el muro bien entrado el
territorio estadounidense, lo que sería incómodo si el gobierno mexicano paga y
supervisa el proyecto.
Además de crear una especie de tierra de
nadie entre el muro y la frontera real, un gobierno o el otro tendría que
comprar grandes extensiones de propiedad privada, así como tierras de al menos
una tribu indígena con territorio a ambos lados de la frontera en el sur de
Arizona.
En zonas donde la frontera es tierra seca
en New México, la mayoría de Arizona y California, habría que construir
estructuras para que el muro no obstruya rutas de paso naturales ni provoque
inundaciones. Construir en estas zonas puede ser complicado y caro.
En las sensibles dunas de arena del sur de
California, por ejemplo, habría que instalar una “cerca flotante” que
permitiera el movimiento natural de las dunas.
Después están las cuestiones de
conservación del medio ambiente. Grupos como Defenders of Wildlife y el Sierra
Club presentaron demandas por algunos tramos de la cerca parcial que existe
ahora. Y en algunos lugares, la regulación federal podría impedir, o al menos
retrasar de forma considerable o aumentar los costes del proyecto.
En diversos tramos de la frontera de
California pueden encontrarse un total de 18 especies protegidas a nivel
federal y en Arizona viven al menos 39 clasificadas como amenazadas, en peligro
o aspirantes a obtener protección, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre
de Estados Unidos.
Suponiendo que Trump pueda sortear todos estos problemas, también debe lidiar con
el costo y las consecuencias diplomáticas.
Muchas organizaciones que monitorean datos
han cuestionado la estimación de Trump sobre
que el muro podría construirse por entre 10 mil y 12 mil millones de dólares. Y
han rechazado su afirmación de que podría financiarse reduciendo el déficit
fiscal de Estados Unidos con México.
Cifras proporcionadas por el Cuerpo de
Ingenieros del Ejército y el Servicio de Investigación del Congreso indican que
el precio total de la actual cerca de 650 millas fue de 7 mil millones de
dólares. Y eso no incluye el mantenimiento.
Trump
ha insistido en que México pagará el muro, quizá con comisiones sobre el dinero
que los migrantes envían a sus familias, con aranceles o por otros medios. Esas
comisiones serían muy impopulares y probablemente los aranceles chocarían con
el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio. En definitiva, el costo de esos
aranceles también repercutiría en los consumidores estadounidenses.
Conseguir que el gobierno mexicano pague
la obra directamente es casi con certeza una ilusión.
El Presidente Enrique Peña Nieto, dijo el lunes que no había ninguna situación en
la que México pudiera pagar el muro, y comparó la retórica de Trump con la de Hitler o Mussolini.
El ex Presidente Vicente Fox fue más directo, y empleó una palabra soez para afirmar
en una entrevista que su país no tiene la menor intención de pagar el muro
prometido por Trump. Tanto Fox como otros ex presidentes, Felipe Calderón, han comparado a Trump con Hitler.
De modo que hay una mala reacción
diplomática a los planes, una cuestión que planteó en 2009 el Servicio de Investigación
del Congreso.
“¿Superan los beneficios en
seguridad de fronteras el riesgo de enemistarse con México y Canadá?”, preguntó la agencia. “¿Deben las opiniones o deseos de los
gobiernos de México o Canadá tomarse en cuenta en lo referente a cercas
fronterizas? Dada la necesidad de coordinar actividades de espionaje y
seguridad en la frontera, ¿debe imperar el mantener una relación de trabajo
cordial con México y Canadá sobre la protección de la frontera con barreras
físicas?”.
Y el miércoles pasado, un grupo de
miembros de una comunidad nacional republicana sobre seguridad, entre los que
había ex miembros del gobierno, criticó duramente la idea.
“Controlar
nuestra frontera y evitar la inmigración ilegal es un tema serio, pero su
insistencia de que México financie un muro en la frontera sur aviva pasiones de
escasa ayuda y se basa en una absoluta malinterpretación y el desdén sobre
nuestro vecino del sur”, indicaron
en una carta abierta.
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