sábado, 4 de noviembre de 2017

Nostalgia por la vida…



Qué diera por regresar los días
y apaciguar las aguas,
cuanto diera porque regresaran esos momentos
cuando en mis brazos descansaban,
nostalgias de la vida que quizá no regresarán
pero que en mis recuerdos perdurarán.


No sabes cuánto añoro esos días cuando
en mis brazos reposabas,
cuando tus lágrimas enjugaban mi alma
y tus besos mi corazón.


La ausencia de ustedes es mi triste realidad,
su presencia el bálsamo que aviva mi alma,
sus abrazos mi confort, mi cobijo,
sus deseos mi máxima expresión.


Su presencia siempre es grata para mi
sus palabras son un aliento para seguir viviendo,
sus sueños mi alegría y mi inspiración divina.
pues sabes cuánto he sufrido tu ausencia hija,
no sabes cuánto he idolatrado tu presencia hijo.


Solo Dios sabe cuánto los amo
cuanto añoro por un momento a su lado,
cuanto deseo por tomarles de la mano
y fundirme en un fuerte abrazo,
tan sincero como la nostalgia que hoy aviva mi ser.


Solo Dios sabe el infinito amor que les tengo,
la culpa ha sido mía y solo mía,
es la nostalgia que hoy perdura en mi alma,
la alegría de tenerles siempre en la vida.


Las lágrimas que enjugan mi alma
sublimes testigos de cuanto he escrito,
testimonios de mi afecto  sincero,
de mi amor por Dios y por la vida misma,
pues solo le imploro al Cielo que estén mejor que antes,
que cada mañana me digan “Buenos Días papá”
y que cada noche me recuerden tal como soy.

 De Jesús  para ti…

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