Por: Jesús Díaz
A diario
leemos en los periódicos, escuchamos en la Radio, lo vemos en la televisión
o nos enteramos por las redes sociales, sobre el curso que está tomando el
proceso electoral en el país, y del cual se habla sobre un fraude electoral
orquestado desde la cúpula gubernamental y auspiciada por el Sistema Político Neoliberal
que hasta hoy nos gobierna.
En
los medios de comunicación se habla sobre un estallido social que pudiera
gestarse en caso de que se cometiera algún fraude electoral en las votaciones
del 1 de Julio próximo, donde más de 88
millones de mexicanos en edad de votar podrán cambiar el rumbo que hoy México
necesita para salir de la pobreza en la que se encuentra.
En las redes sociales se discute al respecto
sobre este hecho ¿Puede haber fraude? A la cúpula priista le incómoda que AMLO
tenga ventaja de 18 puntos sobre “Meade”, según el diario Reforma, pero si quisieran ver a José Meade muy por arriba de López
Obrador, que consulten en el Heraldo
de México, y verán a su candidato
sorprender en las puntuaciones.
Otros medios informativos señalan simplemente
que Ricardo Anaya Cortés va al
frente en las preferencias electorales en el país, y mencionan a López Obrador como el “Gran perdedor”. Todo dependerá de lo que nosotros queramos saber, porque tanto
los Partidos Políticos como los propios candidatos pagan a las casas
encuestadoras miles de pesos para que en la consulta popular se publiquen en
los periódicos lo que ellos quieren que salga.
Las encuestas son solo un reflejo de la
opinión pública que realizan las casas encuestadoras, porque a su vez las “encuestas” redefinirán a la opinión
pública, razón por la que, hay encuestas para todos los gustos y sabores.
No está demás fijarnos de donde vienen
estas informaciones, porque hay encuestadoras buenas, malas y regulares,
eficientes e ineficientes, corruptas y honestas. El problema radica en saber quién
es quién en la difusión de los
resultados, no depende de la calidad de la marca encuestadora.
Las malas campañas han llevado a los Partidos
Políticos a llevar la batalla al terreno de las encuestas, negocian con las
casas encuestadoras para generar resultados favorables a su causa, no
importándoles tener que pagar millones de pesos para que los resultados
impacten a favor de los ciudadanos.
Para
los analistas un fraude electoral llevaría a México al caos social y político,
se darían levantamientos sociales en diversos estados del país, sería algo así
como una nueva revolución social para sacar del gobierno a quienes hoy nos tienen
en la pobreza, en una situación económica
que solo beneficia a los pudientes políticos y a la clase empresarial neoliberalista.
El 1 de Julio Andrés Manuel López Obrador se convertiría en Presidente de México,
según se señala en las redes sociales por quienes lo siguen y comulgan con su
doctrina política. Y ¡Aguas! Si el tabasqueño llega en el día de las votaciones
con un margen a favor de diez puntos porcentuales o más a una semana antes de
las elecciones, no habrá manera de que alguien le gane, al menos que sus
adversarios convenzan al electorado de que ellos son la mejor opción.
En el 2006 a diferencia del 2012 si se
dio fraude electoral llevado a cabo antes y durante el proceso electoral para la elección
Presidencial que dejó muy mal parado al IFE,
pero que convirtió en “mártir” a López Obrador.
La intervención en ese entonces del presidente de México, Vicente Fox Quesada por dejar a Felipe Calderón Hinojosa en el poder, fue
evidente, pues acordaron desaforar a “Obrador” e inhabilitarlo para
cualquier función pública a futuro, y se fraguó una campaña agresiva anti
publicidad en su contra, ejecutada por el PAN
y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
El IFE
no estuvo a la altura de las circunstancias y se prestó al “Gran Fraude Electoral”
que se gestó en contra de AMLO, como
sucedió también con el candidato de izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas al asumir al poder Carlos Salinas de Gortari
hace unos 30 años.
En el 2012 fue distinto, porque Enrique Peña Nieto, fue influenciado
años antes de la elección por medio de las televisoras para ganar simpatizantes,
pues tanto él como López Obrador que
continuaba en campaña después de su primera derrota presidencial en 2006, ambos
ventilaban su imagen en la televisión, radio, prensa escrita y las redes
sociales que ya jugaban un papel muy importante en la opinión pública.
Y
Andrés Manuel enfrentó su segunda derrota electoral, aunque ambos iban
manchados en el proceso electoral del 2012, donde quedó de manifiesto que el “Sistema Político Económico” de la mano de las televisoras y otros
medios no iban a llevar al poder a otro que no fuera el candidato prefabricado
que construyeron.
Sin embargo, las cosas hoy han cambiado,
la gente ha despertado y no permite ya más imposiciones de ninguna índole, en
este proceso electoral poco más del 30 por ciento de los electores son jóvenes
que no permitirán que sus derechos sean mancillados como les sucedió a sus padres que toda la vida
fueron engañados con migajas de recursos que recibían del propio gobierno
neoliberalista.
El PRI
con Peña Nieto y sus aliados lograron la victoria con viejas
artimañas al estilo del viejo oeste priista, pero nunca hicieron nada por su
país, solo enriquecerse a costas del erario público y del esfuerzo económico
que devengan las clases sociales que sí pagan sus impuestos.
Por eso el hartazgo de la sociedad llegó
ya a su límite y su enojó e inconformidad en contra de las decisiones de
gobierno, se verá reflejada este 1 de
julio en las urnas electorales, donde esperan que el cambio se vea reflejado en
sus bolsillos, no en las cuentas privadas de funcionarios públicos y pudientes
políticos y empresarios.
Actualmente,
tanto el PRI y sus aliados (PVEM, PANAL), así como las televisoras,
viven una de sus mayores crisis, y aún cuando tienen un buen candidato en la
persona de José Antonio Meade Kuribreña,
tienen la situación más complicada.
Difícilmente, que Meade Kuribreña, pueda alcanzar los votos necesarios para arribar a
los “Pinos”, debido a que en 8 de las 9 gubernaturas en juego las tiene
perdidas su partido, y en la mayoría de
las 20 elecciones locales perderá la mayoría en el Congreso.
Mucha de la otrora militancia priista ya
se está enfilando hacia otros partidos políticos que no los tomen solo como “Borregos”, porque ya vieron que la nave se hunde junto con los que quedan
del viejo sistema priista, todo por no conducir a su pueblo a mejores
oportunidades de vida económica, política y social.
Lo más probable en este proceso electoral
del 2018 que la elección Presidencial se defina entre Ricardo Anaya Cortés y Andrés
Manuel López Obrador, quienes han propuesto no dar continuidad a las
políticas neoliberales que han sido implantadas desde el gobierno salinista.
Y para evitar un “Fraude Electoral” en
las elecciones de este año, es necesario que también el INE
esté a la altura de las circunstancias y no suceda como sucedió en las
votaciones del 2006 y 2012 cuando se prestó al “Fraude Electoral”, que
ni mucho menos permita que el Presidente o los gobernadores metan las manos en
las elecciones.
La posibilidad de un estallido social,
dista mucho de llevarse a cabo cuando la economía de los mexicanos está por los
sueldos, poro sí pueden cambiar el rumbo de México acudiendo a las urnas
electorales este 1 de Julio para depositar su usufructo a favor del candidato de su
preferencia, que más haya convencido con sus propuestas de campaña. Tú
decides tu futuro. Di no al Fraude electoral.
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