Todavía se recuerda un discurso del
republicano Donald Trump durante un acto de campaña política en South,
Carolina, el 20 de febrero de este año cuando lanzó amenazas contra México por
el problema de indocumentados y otros países, sobre todo de oriente medio.
El republicano dejó entrever que los
mexicanos construirían un muro para evitar que pasen a su país. Me pregunto.
Ahora que ya es presidente de los Estados Unidos ¿Cumplirá sus amenazas?
Y es que Donald Trump durante su campaña proselitista en busca del voto que
lo lleve a la presidencia de su país, se convirtió en un monstruo en una cueva,
que lanza gruñidos y excreta sobre todo lo que está fuera de allí. Pero a cada
paso que daba, tal pareciera que el precandidato republicano ganaba más simpatizantes,
lo que lo acercaba cada vez más a la Presidencia de los Estados Unidos, y lo
confirmó anoche durante las elecciones presidenciales.
La cosa es que su discurso de odio contra
los migrantes y contra minorías –como los musulmanes– tenía una reacción
inmediata: ganaba votos. Y entre más llamados hacía para boicotear incluso
empresas simbólicas de Estados Unidos como Apple
o Ford, gana más votantes.
“Incluso
cuando le daba por insultar al Papa Francisco
gana votantes”, según se desprende
de un amplio artículo publicado en febrero pasado en el National Catholic
Registrer, un medio católico basado en Chicago.
Pero, ¿cómo va a obligar a México a pagar
un muro fronterizo? ¿Cómo obligará a China a devaluar su moneda? Todo es un
misterio, incluso para los analistas en economía que advertían que de ganar Trump en las elecciones presidenciales
podría traducirse en un golpe de muerte a la economía del mundo… y de Estados
Unidos.
Los diarios más influyentes del mundo
comenzaron a analizar cómo sería la administración Trump, tanto en sus páginas editoriales como en escenarios
virtuales. Incluso Trump ofreció limitar
las libertades de prensa si ganaba las elecciones presidenciales de este año
¿Lo podrá cumplir?
“Voy
a revisar nuestras leyes de difamación, así que cuando se escriben artículos
con propósitos negativos y horribles y falsos, que se pueda demandar y ganar un
montón de dinero”, dijo
recientemente. “Vamos a abrir las
leyes de difamación. Por eso, cuando el New York Times escriba un golpe, que
sea una vergüenza total; o cuando el diario The Washington Post, que está allí
por otras razones, escriba un golpe, que puede demandar y ganar dinero en lugar
de no tener ninguna posibilidad de ganar, porque están totalmente protegidos”.
Huffington
Post escribió sobre sus promesas de Trump
y el vacío que hay cuando se cuestiona cómo le hará para cumplirlas. Estas son
solo algunas de sus promesas:
•
Trump dice que va a derrotar al
Estado Islámico. ¿Cómo? Que los va a “bombardear
a la mierda”.
•
Trump promete que va a derogar Obamacare, el sistema de salud lanzado
por Barack Obama. ¿Y cómo va a
reemplazarlo? Con algo “que es mucho
mejor”, por supuesto, dijo Huffington Post.
•
Trump se jacta de que va a construir
un grande, hermoso muro en la frontera con México. Y, ¿cómo va a conseguir que
el Gobierno mexicano lo pague? Se limitará a decir que lo hagan.
Para cualquier persona que quiera una
comprensión razonable de lo que será la administración Trump, la estrategia del presidente republicano electo es hablar en
términos generales.
“Lo
que pasa con Trump que hace difícil
especular sobre él, es que todo es retórica”,
dijo al Huffington Post, John Samples, del Cato Institute. “Es decir, no hay nada allí. Y tampoco
se ha hecho responsable por cualquier cosa que dice, por lo que no sabemos cómo
va a aterrizar todo lo que dice”.
Paula Dwyer, analista de Bloomberg, dijo
en un artículo que para un candidato que promete hacer “grande a Estados Unidos de nuevo”, Trump tiene una forma
curiosa de demostrarlo. “Llamando al
boicot al consumo de los productos vendidos por Apple, Macy, Nabisco y de todo
México, y agregó a la Ford a su larga lista de malhechores corporativos”.
La especialista agregó que una diatriba Trump puede tener un efecto mínimo en
las ventas, exportaciones y puestos de trabajo de una empresa. “Pero al ganar la Presidencia, estas
amenazas podrían causar un daño económico real, incluso si el Estado de Derecho
mismo lo bloquea”.
“Imagínese
este escenario: el Presidente Trump
declara de forma oficial que China mantiene artificialmente su moneda frente al
dólar para impulsar sus exportaciones y para robarle puestos de trabajo a
China. Pero esto no le permite imponer sanciones, tales como aranceles altos a
las importaciones chinas. Se pone la pelota en la cancha del Congreso para
considerar tarifas más altas si China se niega a ajustar su tasa de cambio. Un
Congreso profundamente dividido, sin embargo, no estará de acuerdo porque los
aranceles más altos se traduciría en precios más altos para los consumidores
estadounidenses”.
Es descabellado decirlo pero puede ser que
un frustrado Presidente Trump pasara
por encima del Congreso y llamara a un boicot a las importaciones chinas. Pone
en marcha una guerra económica con el socio comercial más importante de Estados
Unidos y envía las ganancias empresariales y el mercado de valores hacia abajo.
A juzgar por el comportamiento de Trump, tal parece que mientras más amenazaba
con boicots, más popular se vuelvía. El día antes de las primarias de Carolina
del Sur, llamó a tomar represalias en contra de Apple, una de las empresas más
valiosas del mundo, por negarse a cumplir con una orden judicial federal para
desbloquear el iPhone. ‘Sólo pensé en eso’, dijo Trump en campaña. ‘Boicot a Apple’”, explica la especialista.
Donald
Trump dice que los latinos lo aman. Pero un documento jurídico que cita correos
electrónicos de la Organización Trump
indica que algunos de los propios ejecutivos de Trump y familiares pueden haber concluido otra cosa diferente. Los
resultados recientes de Trump entre votantes latinos en las elecciones
primarias republicanas demuestran el agrado hacia Trump,
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