Por: Jesús Díaz
La humanidad transita desde este 21 de Diciembre de 2012 a un nuevo
ciclo de luz, hacia un estado de conciencia espiritual más elevado, una nueva
era descrita por antiguas civilizaciones mayas en la cuenta larga del
“Calendario Maya”, descifrada en la estela 1 de la zona arqueológica del “Tortuguero”: “Baktún 13 4 ahau 3 kankin” que en el calendario gregoriano
señala la fecha del 21 de diciembre
de este año.
En las zonas arqueológicas del “Tortuguero” en el estado sureño de Tabasco y en “Cobá”, Quintana Roo, y últimamente, en una estela hallada en Guatemala,
se hace referencia a esta enigmática fecha donde se da fin a un ciclo y se le
da la bienvenida a una nueva Era espiritual (baktún 13 4 ahau 3 kankin), que si lo trasladamos al calendario
gregoriano nos señala la fecha del 21 de diciembre de este año, mismo que
corresponde al final de este ciclo que nos toca vivir y que es de 5,126 años.
Los agoreros de la fatalidad de la noticia nos hicieron creer en los
últimos cinco años que se trataba del “Fin
del mundo”, pero para los mayas,
simplemente se trató de un cambio de conciencia, de una nueva Era espiritual.
Este hecho representó para los gobiernos y para los inversionistas del
sector turístico muchos miles de millones de dólares que le dejó como ganancia
el cambio de era, porque en diversos países del orbe, sobre todo en México y
países Centroamericanos donde los mayas extendieron su imperio, realizaron
magnos eventos culturales y artísticos para atraer turismo a través de los
rituales mayas que se realizaron en las zonas arqueológicas.
El 21 de diciembre pasado, pudimos observar a través de los medios
electrónicos y prensa escrita que en las zonas arqueológicas de Tikal,
Guatemala; Belize y estados del sur de nuestro país, fueron el centro de la
atención mundial, sobre todo de los distintos viajeros que vinieron de muchos
países del mundo para presenciar el fin de esta era, descrita en el Calendario
Maya, y con la esperanza de que el mundo no llegue a su culminación.
Los medios informativos se centraron en los rituales mayas que se
realizaron en las zonas arqueológicas con el fin de llenarse de la luz espiritual
que viene del cosmos, según los investigadores y arqueólogos.
Estas acciones trajo a millones de turistas que emparentan con la cultura
maya, pues vinieron a conocer un poco más de esta civilización, su cultura,
modo de vida y como viven en la actualidad estos pueblos indígenas.
Y ¿Por qué su importancia?, la antigua civilización maya pronosticó en
su “Calendario” una transformación profunda para este 21 de diciembre de 2012,
fecha que culminó con el equinoccio de invierno y los ritos espirituales, fecha
que contrasta también con el inicio del ciclo de invierno.
Según los investigadores, la antigua civilización maya llegó al planeta
Tierra hace milenios de la constelación de las “Pléyades”, la estrella más cercana al Sol, donde se dice que varios
planetas son habitados, entre ellos la raza “Maya”, Aria, etc., son mundos donde viven seres semejantes a nosotros,
pero con un elevado nivel de espiritualidad y tecnología moderna que les
permite trasladarse de un lugar a otro en el Universo.
Sin embargo, no se explica cómo es que esta cultura desapareció de la
noche a la mañana sin dejar huella, solamente quedaron los asentamientos arqueológicos
que ellos mismos enterraron para no ser destruidos por otras razas que también
arribaron al planeta para poblarla, solo se quedaron sus descendientes, ya
nacidos en este mundo, quienes decidieron quedarse por haberse adaptado a su
clima y modo de vida.
Los mayas que quedaron emigraron a otros lugares tras tapar sus centros
de adoración para no ser destruidos, aprendieron a vivir en armonía con la madre naturaleza,
respetando siempre los ciclos: Primavera, Verano, Otoño e Invierno, con los que
aprendieron a cultivar la tierra y otras actividades que realizaban, y ya
sabían cuando era el inicio y la culminación de una era que era de 5,126 años,
los cuales fueron transmitiendo de generación en generación.
Conocían el cero, las matemáticas, eran astrólogos, excelentes
constructores y estudiosos de todo lo que se movía en el Universo, pues tenían
la esperanza de que algún día regresen sus hermanos de las estrellas.
Tras la llegada de los Españoles al Continente Americano, puso fin a una
larga vida de estudio científico de la naturaleza, pues los conquistadores
destruyeron sus monumentos arquitectónicos, quemaron sus escritos, por lo que
ya nadie supo de su cultura, solo lo que se sabe hoy en día con los
descubrimientos arqueológicos a los que podemos tener acceso, y los pocos
monumentos y estelas que quedaron en pie.
Por esta razón, solo unas cuantas estelas lograron salvarse, entre ellas
las que permanecieron por muchos siglos enterrados bajo tierra, como en el caso
de la estela maya 6; la estela 1 de Cobá, y últimamente una estela recién
descubierta en el vecino país de Guatemala.
Las estelas servían como método de propaganda de la elite política y
religiosa, en las cuales plasmaron algunas interpretaciones que tenían que ver
con el Universo, sobre todo con el Calendario
Maya.
En el caso de la estela 6 del Tortuguero y la estela 1 en Cobá, los
antiguos mayas buscaban relacionar fechas míticas con sucesos y gobiernos de la
época para así crear afinidad y control social. Estas acciones no se alejan de la realidad que vivimos actualmente, ya que
tanto los gobiernos del mundo y la iglesia católica nos mantienen sometidos a
su política y doctrina pagana.
La zona arqueológica del “Tortuguero” ubicado en el municipio de Macuspana, en el estado de Tabasco, fue uno de los sitios más visitados
por el turismo nacional e internacional, ya que en ese sitio se encuentra la
estela 6, descubierta en 1957, y es conocida como la “estela del fin del mundo”
porque registra el nacimiento y la entronización de “Apho Bahlam”,
gobernante de la ciudad maya que vivió en el siglo VII.
En dicha estela se hace referencia a la fecha del baktún 13 4 ahau 3 kankin, que en el Calendario gregoriano equivale
al 21 de diciembre de 2012, y corresponde al final de un ciclo de 5,126 años,
consignados en la Cuenta larga del calendario maya.
En este monumento, según los arqueólogos, no se cita el fin de la
humanidad, lo único que menciona es que esta fecha llegará a su culminación, y
que significa el final del baktún 13
en el ciclo del calendario maya, para dar paso a una nueva era espiritual, es
como marcar el fin de año y comenzar otro año nuevo; por citar otro ejemplo, es
como acostarse hoy y amanecer en un nuevo día con nuevas actividades cotidianas.
Y es que el Tortuguero ha
sido saqueado con el paso del tiempo, lo que dificulta su estudio e
interpretación completa de sus jeroglíficos mayas.
El Calendario lleva el
registro de la vida civil, religiosa y cosmogónica de los pueblos de la antigua
civilización maya en tres cuentas distintas (civil, religiosa, cosmogónica).
Es una combinación de fechas míticas y hechos reales de batallas o
desastres naturales que marcaron el desarrollo de esta cultura, basada en los
ciclos agrícolas y los movimientos de las estrellas como el Sol y Venus.
En torno al calendario maya se organizaban las fiestas religiosas, los
periodos de cultivo y cosecha, el nombramiento de los recién nacidos, los
sacrificios humanos y otros aspectos de suma importancia para su cultura y que
los arqueólogos han encontrado en los sitios descubiertos, como joyas y
esqueletos de doncellas halladas en cenotes, piezas arqueológicas enterradas en
montículos y templos de adoración.
Hoy en día podemos encontrar en las zonas arqueológicas del país
importantes legados que nos hablan sobre esta antigua civilización, por
ejemplo, en un monumento de la zona arqueológica de Chichen Itzá, Yucatán se encuentran unas inscripciones mayas que
hablan del diluvio antiguo que devastó gran parte de la humanidad y sobre otras
catástrofes que se suscitaron en ese entonces y otras que están por sobrevenir
a la civilización actual.
En la estela 1, de Cobá, Quintana Roo, se hace referencia
al final de un ciclo para el inicio de otro, cuenta los hechos de sus
gobernantes pero como el monumento está muy dañado, no se distinguen bien los
hechos que describe posteriores a esta fecha del 21 de diciembre de 2012.
Esperemos, pues, que este inicio de era espiritual para la humanidad que
consta de 5,126 años en el calendario maya, se pueda vivir en
armonía con la madre naturaleza y no surjan más predicciones fatales de las que
ya sabemos con el inicio del Cambio Climático que ya nos llegó, solo esperamos
que los gobiernos del mundo encuentren una solución rápida antes de que las
catástrofes aumenten y sigan acabando con la gente que poblamos el planeta
Tierra.
Que
no sigan engañando a la población mundial para desviar sus atrocidades como las
pruebas atómicas, el saqueo inmoderado del petróleo, la destrucción de los
árboles y encuentren una solución rápida para cambiar, para que nuestros hijos
vivan en un mundo de paz y armonía con la naturaleza, de lo contrario,
estaremos condenados a desaparecer, y solo nos quedará la esperanza de que
otras razas que a menudo nos visitan nos rescaten y nos lleven a sus mundos
para evitar que la raza humana desaparezca.
“Dios Nuestro Señor”, dispuso vida en este Planeta y a
cada uno de los seres humanos les dio una tarea para cumplir, pues al final de
cada ciclo de vida, el espíritu se desprende del cuerpo para continuar con la
encomienda en otros mundos habitados, hasta cumplir con los ciclos que nos
tiene destinados en las diferentes vidas a donde nos envíen para poder entrar a
la luz divina que nos guiará hacia la consumación de la vida eterna.