· Llegó el momento de la entronización de Francisco como papa de la Iglesia Católica y se abren ante él numerosos desafíos que marcarán su pontificado…
“Una
Iglesia pobre, para los pobres”. Es
el punto de partida del papa Francisco.
Una Iglesia inspirada en el humilde y devoto San Francisco de Asís.
En víspera de su entronización, sin
embargo, el camino que se abre ante él no se puede resumir en seis palabras.
La caída de fieles en el mundo o los
escándalos de pederastia que han salpicado la imagen de la Iglesia Católica son
dos de los desafíos más destacados a los que tendrá que hacer frente el
argentino Jorge Mario Bergoglio en
su Pontificado.
¿Seguirá la línea marcada por su
predecesor, el pontífice emérito Benedicto
XVI, o reformará una institución con más de 1.200 millones de fieles en
todo el mundo?
Escándalos de pederastia…
Limpiar la imagen de la Iglesia Católica,
de su jerarquía, y de la labor que desempeña en el mundo es probablemente el
desafío más importante, o al menos el más urgente, que tendrá que abordar el
papa Francisco.
La multitud de casos de abusos sexuales a
menores perpetrados en el seno de la Iglesia Católica que han aparecido en los medios
en los últimos años ha perjudicado enormemente la imagen de la institución en
todo el mundo.
El deterioro de su prestigio no se ha
producido únicamente por el hecho de que se hayan dado los abusos sino por el
encubrimiento y los obstáculos que ha interpuesto la jerarquía para evitar que
los responsables fueran procesados.
La petición de perdón de Benedicto XVI en nombre de la
institución llegó, a juicio de muchos, tarde y además fue insuficiente. Al
nuevo Papa le corresponderá trazar la pauta para abordar una cuestión que está
lejos de quedar olvidada.
Transparencia
en las cuentas…
“La
Iglesia Católica es la organización más grande del mundo y tiene una arquitectura
financiera caótica”, señaló en su
momento el periodista Jason Berry.
“Por un lado es muy jerárquica, centrada en la autoridad
del Papa, y por el otro totalmente descentralizada, con cada obispo a cargo de
una diócesis que funciona como un virtual principado”, explicó.
Berry,
autor de “Las finanzas secretas de
la Iglesia”, ha investigado este
asunto durante los últimos 25 años.
En la arquitectura a la que Berry hace referencia, se encuentran
las inversiones que el Vaticano canaliza a través del Instituto para las Obras
de Religión, IOR, que también se
conoce como el Banco del Vaticano.
La revista inglesa The Economistcalculó
en una de sus investigaciones que el portafolio de inversiones financieras del
Vaticano es superior a US$2.600 millones.
Como señalaba Marcelo Justo, con motivo de la renuncia de Benedicto XVI, “sólo en
Italia sus intereses se extienden por el sistema bancario, aerolíneas,
inmuebles, empresas públicas y hasta cinematografía”.
Estas cuentas, y la opacidad que las
rodea, no encajan con la idea de sencillez que transmite el nuevo Papa.
Se hace, por tanto, necesario que se
aplique un plan de transparencia y eficiencia que ponga fin a las sospechas y
los rumores sobre corrupción.
Para ello, dicen los analistas, es
requisito que se renueve el directorio que lleva las riendas del Vaticano.
Posicionamiento
en cuestiones sociales…
Uno de los reproches que se le hace a la
actual jerarquía católica es su inmovilismo en ciertas cuestiones.
Desde el uso de métodos anticonceptivos
hasta el papel que juegan las mujeres en la Iglesia, pasando por asuntos más
controvertidos como la homosexualidad, el aborto o la eutanasia.
Cuando se supo que Bergoglio era el nuevo Papa, los expertos coincidieron en señalar
que no cabe esperar grandes cambios respecto a estos temas.
Durante su presidencia de la Conferencia
Episcopal Argentina, Bergoglio se
mostró rotundo en su rechazo al aborto y la homosexualidad. Y teniendo la
Iglesia motivos de preocupación más urgentes, es poco probable que el papa
Francisco vaya a hacer una revolución en este sentido.
Sin embargo, algunos sectores esperan que
la Iglesia Católica cambie el discurso, o al menos lo suavice. Y esto supondrá
otro reto importante para Francisco.
En esta misma línea, se espera también
que el papa Francisco extienda la
mano hacia las otras religiones. Durante su arzobispado en Argentina, Bergoglio fue reconocido por su talante
ecuménico y, por el momento, líderes musulmanes y judíos han recibido con
satisfacción su elección como Sumo Pontífice.
Caída
de la feligresía…
Como colofón a todo esto -y no por
aparecer en último lugar es menos importante- queda mencionar el descenso del
número de fieles católicos en el planeta.
Bien sea como consecuencia de los
desafíos apuntados más arriba, por el auge de otras creencias, o por el rumbo
que ha adoptado nuestra civilización, lo cierto es que el número de personas
que practica la fe católica está en descenso, y no parece una tendencia fácil
de revertir.
Al nuevo Papa le queda la tarea de
reencontrarse con la feligresía, recuperar el carisma de algunos de sus
antecesores, como por ejemplo el papa Juan
Pablo II, y construir una Iglesia que verdaderamente apele a todos, para
poder cumplir con el mensaje expresado en su declaración de intenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario