Es la primera vez en siglos que el
colegio cardenalicio deberá buscar un nuevo pontífice cuando el anterior aún no
ha fallecido, ¿cómo puede influir este hecho en el transcurso de la asamblea?,
el profesor de Historia de la Iglesia Alberto
Melloni habla de este y otros aspectos incluyendo los pasos a
seguir para elegir al nuevo representante de la iglesia católica, lo que significa para ellos un nuevo reto.
Constitución apostólica... |
Desde el punto de vista normativo no hay
grandes cambios respecto a la “Constitución
apostólica” sobre el cónclave
aprobada por Juan Pablo II en 1996, “y que en gran parte está aún en vigor”.
Algunos cambios fueron introducidos por Benedicto XVI tres días antes de su
renuncia, con un “motu proprio” en el que da libertad al colegio
cardenalicio para comenzar el cónclave si todos los electores están en Roma sin
esperar 15 días; hace automática la excomunión de quien revele los secretos de
las deliberaciones y reintroduce la mayoría de dos tercios cuando, después de
24 fumatas negras, se vote solo entre los dos cardenales con más apoyos (antes
debía ser la mitad más uno).
Cuatro votos al día... |
La elección del nuevo papa no debería
demorarse, “es difícil imaginar un
cónclave largo” votando cuatro veces
al día, indicó Melloni. Durante el
siglo pasado el más largo, seis jornadas, fue el que eligió a Pío XI en 1922.
4 de 9 Buscando al mejor candidato…
El cónclave comienza con la celebración
en la basílica de San Pedro de la
misa votiva “Pro eligiendo Papa”, tras la cual los cardenales se
dirigen en procesión y recitando letanías a la Capilla Sixtina, en la que cantarán el “Veni Creator Spiritus”,
para invocar la ayuda del Espíritu Santo en la elección del sucesor de Pedro, por una mayoría de dos tercios.
Pacto de silencio... |
Una vez que juren mantener el secreto de
todo lo que se diga o haga en el cónclave, el maestro de Ceremonias Pontificias
pronunciará la frase “extra omnes” y todos los ajenos al cónclave
saldrán de la Capilla, donde comenzará el “encierro”.
Reunión en la capilla sixtina para la elección Papal... |
Los cardenales, rodeados de los
espectaculares frescos pintados por Miguel
Ángel, dispondrán de un pedazo de papel con las palabras “eligo in summen pontificem” en el que escriben, enmascarando su
caligrafía, el nombre de su favorito y que depositan en una urna ovalada, tras
lo que tres escrutiñadores hacen el recuento. Los votos son todos enhebrados en
un hilo que debe pasar con exactitud por la “o” de “eligió” y una vez hecho el cómputo pasan a la estufa.
Los colores de la decisión... |
Del transcurso del cónclave solo podrá
saberse por las fumarolas: Negra si no hay acuerdo y blanca para anunciar al
mundo que hay nuevo Pontífice. En esta ocasión, como novedad, habrá dos
estufas, una que se usará para quemar las papeletas y otra en la que se hará la
fumata, para evitar así equívocos en cuanto a su color.
Un Papa con firmeza... |
En estos días muchos intentan adivinar
quién será el nuevo pontífice. Melloni
no entra en quinielas pero señala que lo fundamental “es el retrato que del papa se hagan los cardenales” antes del inicio de la votaciones.
En su opinión, “está claro que todo este aparente rigor puritano que surge en
estos días tiene una intención muy clara de carácter conservador y por lo tanto
da la idea de que es necesario un papa “sheriff”, con más poder para castigar los
excesos del poder. Pero la alternativa, como siempre en la iglesia, es un papa
pastor que con más pobreza y más sentido evangélico detenga esta deriva del poder
que piensa solo en sí mismo”.
La metamorfosis en la iglesia... |
Según Melloni, “Lo importante
es tener un papa pastor que sea capaz de ocuparse no solo de la fuerza de la
iglesia sino de la belleza de la iglesia. Hoy se dice que la iglesia es débil y
debe convertirse en fuerte pero la realidad es que la iglesia hoy es fea y debe
convertirse en bella”.
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