jueves, 26 de abril de 2012

El asteroide que extinguió los dinosaurios pudo propagar “vida” en nuestra galaxia




      Hace 65 millones de años, en la época del Cretácico-Terciario, un asteroide de 10 kilómetros de diámetro impactó contra la Tierra y provocó la extinción de aproximadamente el 50% de los seres vivos del planeta (entre ellos los dinosaurios). Como consecuencia del choque se produjeron grandes incendios, nubes de ceniza y un gran tsunami que arrasó con todo, algo que es bastante conocido y está ampliamente documentado en libros y artículos científicos. Sin embargo, hace algunos años que los astrobiólogos están explorando otras de las consecuencias del impacto: la proyección al espacio de millones de toneladas de rocas portadoras de organismos vivos y de agua que podrían haber diseminado microorganismos en otros lugares de nuestra galaxia.
      Unos meses atrás, estuvimos comentando que los científicos planteaban la posibilidad de colonizar otros planetas enviando “una avanzadilla” de bacterias en meteoritos o cápsulas espaciales, precisamente esta posibilidad pero trasladada 65 millones de años atrás en el tiempo es la que están modelando en un estudio Tetsuya Hara, Kazuma Takagi y Daigo Kajiura del Departamento de Física de la Universidad de Kyoto Sangyo en Japón.

      Según las simulaciones realizadas en este estudio, el impacto provocó la proyección de una gran cantidad de materiales que podrían haber llegado a la Luna, Marte, a las lunas de Júpiter (Europa) y Saturno (Encélado) o, incluso, a algún Exoplaneta. Concretamente, las conclusiones de su estudio muestran que, gracias al fuerte campo gravitatorio de Júpiter, los fragmentos habrían sido atraídos y se habrían visto atrapados como en un sumidero que terminó depositando las rocas procedentes de la Tierra en las lunas del gigante gaseoso en unas proporciones nada despreciables (alrededor de 100 millones de fragmentos de roca). El hecho de que las rocas pudiesen alcanzar Júpiter es bastante llamativo y ya de por sí hacen muy interesante el estudio pero, además, las simulaciones indican que se podrían haber rebasado los límites de nuestro sistema solar.

      ¿Y qué pasa con los microorganismos que viajaban en estos fragmentos? ¿Habrían diseminado vida en otros planetas? La verdad es que es complicado responder a esa pregunta si bien los autores del artículo lo ven viable y creen que sería posible dotar de vida un exoplaneta de condiciones similares a las de la Tierra pero, sin embargo, no creen que este hecho haya ocurrido aún porque los fragmentos procedentes de la Tierra aún no han llegado.
      ¿65 millones de años y aún no han llegado? Según este equipo científico, uno de estos fragmentos tardaría en recorrer toda la Vía Láctea 1 billón de años y, por lo tanto, aún les quedaría mucho camino por recorrer. Aún así, los científicos abren la puerta a otra posibilidad con un corolario muy interesante:
      Si la vida se desarrolló hace 10.000 millones de años, suponiendo que se desarrollase en 25 lugares diferentes, la probabilidad de que en nuestro sistema solar haya fragmentos de otros planetas con trazas de bacterias y otros microorganismos podría ser bastante grande

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