Hace 65 millones de años, en la época del
Cretácico-Terciario, un asteroide de 10 kilómetros de diámetro impactó contra
la Tierra y provocó la extinción de aproximadamente el 50% de los seres vivos
del planeta (entre ellos los dinosaurios). Como consecuencia del choque se
produjeron grandes incendios, nubes de ceniza y un gran tsunami que arrasó con
todo, algo que es bastante conocido y está ampliamente documentado en libros y
artículos científicos. Sin embargo, hace algunos años que los astrobiólogos
están explorando otras de las consecuencias del impacto: la proyección al
espacio de millones de toneladas de rocas portadoras de organismos vivos y de
agua que podrían haber diseminado microorganismos en otros lugares de nuestra
galaxia.
Unos meses atrás, estuvimos comentando
que los científicos planteaban la posibilidad de colonizar otros planetas
enviando “una avanzadilla” de bacterias en meteoritos o cápsulas espaciales,
precisamente esta posibilidad pero trasladada 65 millones de años atrás en el
tiempo es la que están modelando en un estudio Tetsuya Hara, Kazuma Takagi y
Daigo Kajiura del Departamento de Física de la Universidad de Kyoto Sangyo en
Japón.
Según las simulaciones realizadas en este
estudio, el impacto provocó la proyección de una gran cantidad de materiales
que podrían haber llegado a la Luna, Marte, a las lunas de Júpiter (Europa) y
Saturno (Encélado) o, incluso, a algún Exoplaneta. Concretamente, las
conclusiones de su estudio muestran que, gracias al fuerte campo gravitatorio
de Júpiter, los fragmentos habrían sido atraídos y se habrían visto atrapados
como en un sumidero que terminó depositando las rocas procedentes de la Tierra
en las lunas del gigante gaseoso en unas proporciones nada despreciables
(alrededor de 100 millones de fragmentos de roca). El hecho de que las rocas
pudiesen alcanzar Júpiter es bastante llamativo y ya de por sí hacen muy
interesante el estudio pero, además, las simulaciones indican que se podrían
haber rebasado los límites de nuestro sistema solar.
¿Y qué pasa con los microorganismos que
viajaban en estos fragmentos? ¿Habrían diseminado vida en otros planetas? La
verdad es que es complicado responder a esa pregunta si bien los autores del
artículo lo ven viable y creen que sería posible dotar de vida un exoplaneta de
condiciones similares a las de la Tierra pero, sin embargo, no creen que este
hecho haya ocurrido aún porque los fragmentos procedentes de la Tierra aún no
han llegado.
¿65 millones de años y aún no han
llegado? Según este equipo científico, uno de estos fragmentos tardaría en
recorrer toda la Vía Láctea 1 billón de años y, por lo tanto, aún les quedaría
mucho camino por recorrer. Aún así, los científicos abren la puerta a otra
posibilidad con un corolario muy interesante:
Si la vida se desarrolló hace 10.000
millones de años, suponiendo que se desarrollase en 25 lugares diferentes, la
probabilidad de que en nuestro sistema solar haya fragmentos de otros planetas
con trazas de bacterias y otros microorganismos podría ser bastante grande
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