Por: Jesús Díaz
Si en nuestro país no hay armonía ni
unión entre los pueblos hermanos, nunca podrá triunfar la “Democracia”, seguiremos
siendo sometidos a la voluntad de gobiernos nefastos que buscan enriquecerse a
costillas del pueblo, que velar por los
intereses de una nación que demanda empleos bien remunerados y lucha por una
sociedad más justa y equitativa.
Mientras no suceda esto no habrá paz
social entre los estados federativos, porque los mexicanos siempre hemos
consentido que otros decidan por nosotros y seguirá sucediendo así, si seguimos
permitiendo la compra de conciencias cuando se lleva a cabo un proceso electivo
como el que está próximo a realizarse en nuestro país.
Es el momento de reflexionar y entender
que la inestabilidad económica que vive México lesiona nuestros bolsillos,
aunado a la falta de mayores empleos bien remunerados por una mala política que
nos impone el liberalismo desde los gobiernos priistas y continuado por los
panistas, una mala política que sirve a los intereses de la clase pudiente y
ricos empresarios, quienes tienen esclavizados a los obreros y campesinos con
salarios irrisorios, mal devengados.
En la actualidad vivimos una política de
muy bajo nivel, una política sucia, donde por unos cuantos pesos el pueblo se
vende al mejor postor, menospreciándonos así mismo por no querer hacer nada
para cambiar nuestra mentalidad y votar por una democracia más justa y
equitativa.
2012 es un año electoral, político y
apocalíptico, donde se dicen que sucederán muchas cosas y la humanidad cambiará
su forma de pensar y ver la vida desde otra perspectiva, entrará a una nueva
era espiritual que permitirá analizar la vida de cada ser humano y buscar el
camino que los lleve a mejorar su forma de subsistencia.
Es el momento entonces de cambiar el rumbo
del país con gobiernos que en verdad se
preocupen por la inestabilidad económica de la nación, por la creación de
mayores fuentes de empleos, porque haya mejores escuelas dignas y calidad en la
enseñanza educativa, por mejorar la producción en el campo agrícola, por
combatir la inseguridad pública y alejar a los jóvenes de las garras del vicio
del alcohol y las drogas,
Por esta razón debemos de escuchar a los
políticos y analizar las propuestas que durante la campaña electoral nos
presentan y votar en las urnas electorales del primero de julio próximo por el
mejor proyecto de nación, un proyecto que se apegue a la realidad que vivimos,
no a las promesas de campaña que nunca van a cumplir como el cacareado
“Gasolinazo” y el borrón y cuenta nueva a los adeudos fiscales, cuando la
realidad es otra, porque hoy vivimos una persecución fiscal que muchos están
pagando con cárcel si no se ponen al corriente en sus impuestos fiscales.
Estamos siendo objeto de un terrorismo
fiscal implacable por parte de Hacienda,
al que los mismos candidatos del PAN,
PRI y PRD rehúsan hablar y tomar en cuenta en su proyecto político.
Durante el sexenio de Vicente Fox se
evitó esta persecución, pero Felipe
Calderón se ha encargado de abrirla y continuar con la persecución fiscal e
imponiendo leyes que se pagan con cárcel a quienes no paguen a tiempo sus
adeudos fiscales.
Nuestro futuro es incierto, el pueblo de
México no sabe que rumbo va a tomar la nación luego de las votaciones del
primero de Julio próximo, y la única forma
de lograrlo es acudiendo a las urnas electorales a votar por una
democracia más justa y equitativa, por un proyecto de nación que llegue al
campo, que traiga beneficios a los campesinos y a la sociedad en su conjunto,
la cual contribuiría a la paz social y al mejoramiento de la economía de los
mexicanos.
Hoy pongamos un freno a tanta inmundicia.
Hagamos conciencia de los sinsabores de la vida, porque ya es hora de decidir
por nuestro futuro, por el de nuestros hijos para que vivan en armonía con la
naturaleza y evitar seguirla destruyendo por una mala política ambiental.
Es el momento de ver que triunfe la
democracia y vencer al gran abstencionismo, no lo hagamos después con marchas y
plantones porque esto ya no funciona, solo sirve para que otros se paren el
cuello ante la sociedad, decidamos mejor nuestro futuro político en las urnas
electorales, por el régimen que queremos que nos gobierne.
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