Por: Jesús Díaz
Visto está que el crimen organizado ha
rebasado a las autoridades policiacas, quienes no han podido combatir en todos
sus frentes a la delincuencia, por lo que los índices delictivos van en aumento
cada día y sin que autoridad alguna ponga fin a esta ola de violencia que priva
en el país.
Mientras esto sucede, las filas de la
delincuencia siguen engrosando, infiltrándose hasta en las instituciones
policiales, a grado tal que en la nómina del narcotráfico cobran altos jefes
policiacos no solo los policías rasos, y no hay autoridad alguna que ponga fin
a estas acciones.
Y es que el crimen organizado no respeta
posición política, social, religiosa o cargo público de cualquier nivel
gubernamental, lo mismo les da asesinar a un gobernante, presidente municipal
que a un ciudadano común y corriente, sea rico o pobre, les da igual, pero lo
más triste es que cobran venganza con gente inocente, se meten con las familias
de alguna persona que por azares del destino esté involucrado con estos
delincuentes.
La violencia ocurre en todos los sectores
sociales, producto de la pobreza que impera en el país ante la falta de
oportunidades para trabajar y sostener a la familia, esta falta de empleo es
debido a que los empresarios como los inversionistas prefieren mejor invertir
en otros países que en México porque no hay seguridad ni protección para ellos
ante las amenazas que reciben del crimen organizado.
El incremento de la delincuencia a
orillado a políticos y empresarios a incrementar su seguridad personal porque
no se sabe cuando, como ni donde les van a llegar los “Pelones” y los “Zetas”
para levantarlos y pedir un rescate por ellos a sus familias, la mayor parte
son asesinados por venganza de los “Carteles” de la droga.
No hay corporación policiaca donde no
haya “infiltrados” en sus filas, son informadores de todo cuanto acontece en
las dependencias policiacas, por eso cuando hay operativos en colonias
populares o residenciales no encuentran a nadie en las “casas de seguridad” que
es utilizado para guardar armas, droga y alojar a los secuestrados, porque ya
informaron de sus movimientos y operativos que van a realizar.
Es
por esa razón que se sabe que altos mandos como demás elementos policiacos
cobran en la nómina de la delincuencia organizada, son los encargados de
encubrir un operativo para catear alguna casa de seguridad, informan y ejecutan
ordenes de los “Carteles” que comandan grupos de sicarios como los “Zetas” y
los “Pelones”.
Ante el poderío arsenal y humano del que
disponen estas organizaciones criminales ningún gobierno por más poderoso que
sea podrá combatirlas, sin que corra sangre en las calles y vaya de por medio
la vida de seres inocentes, que por
azares del destino caen en el juego cruzado de los delincuentes y policías.
Sin embargo, para que disminuyan estas
olas de violencia que se suscitan en diversos estados del país, es necesario
que las autoridades las combatan desde el seno de la familia, con verdaderos
programas de prevención al delito, sobre todo lo que tenga que ver con el
alcohol y las drogas para alejar a los jóvenes de estos malos vicios antes de
que los chamacos crezcan y se vuelvan un verdadero peligro para la sociedad.
Po esta razón el gobierno en sus tres
niveles deben de preocuparse de brindar a la sociedad estudios para que los
jóvenes puedan culminar una carrera, crear el mayor numero de espacios
recreativos y deportivos donde los adolescentes encuentren un escaparate para
evitar el estrés y los malos hábitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario