Por: Jesús Díaz
En diversas partes del mundo se están
presentando en últimas fechas fenómenos atmosféricos por demás inexplicables,
producto del Cambio Climático que nos afecta, son una especie de tromba con
lluvias, fuertes vientos y granizo del tamaño de una pelota de beisbol que
azotan y causan destrozos en viviendas y edificios públicos, lo que está
causando psicosis apocalíptica entre la población, con eso de la
desangelada llegada del “fin del mundo”.
Lo cierto es que el tiempo que nos toca
vivir ya no es el mismo de hace diez años, desde que el “Fenómeno del Niño”
comenzó a causar estragos en el planeta,
lo que culminó con la llegada del Cambio Climático y su efecto invernadero.
Hoy nos enteramos con tristeza que
mientras en algunas partes del mundo se presentan lluvias, inundaciones y
sequías, en otras la madre naturaleza se sacude con la presencia de sismos,
terremotos, maremotos y tsunamis, y su agonía es tal que el mundo se está
debilitando en su atmosfera, la capa de ozono se está agrietando, causando un
sinfín de enfermedades a la población mundial y daños irreversibles a las
comunicaciones.
Los Glaciales se están derritiendo... |
La capa de hielo polar se está
derritiendo a tal grado que pronto zonas costeras del Mar Caribe, del Atlántico
y Pacífico habrán de desaparecer por
estas causas y las ciudades quedarán bajo agua. En los últimos dos años dos
gruesas capas de hielo del tamaño de California se han desprendido en el Polo
Norte, causando peligro a la navegación y aumentando los niveles del mar de
forma alarmante.
Cada año los gobiernos tienen que erogar
millones de recursos económicos contra estas causas y apoyar en el rescate de viviendas, comida,
ropa y víveres a los miles de millones de damnificados, así como mayores
recursos presupuestales para cubrir los siniestros causados al campo agrícola,
la ganadería y la vivienda social, entre otros.
En los últimos dos años se han
intensificado estos fenómenos como los sismos y tsunamis en Japón, Sismos en
Latinoamérica, así como inundaciones, sequías que propicia el fenómeno del
niño.
Sin embargo, es muy continuo el cambio
que se ha sentido en el ambiente global, sobre todo con los “Sonidos del
Cielo”, la frecuente presencia de Tornados en los Estados Unidos que ha dejado
a miles de damnificados y cientos de muertos, y más aún una especie de
tormentas eléctricas y granizo que se han presentado en Centroamérica y México.
Es tal la fuerza del viento que durante la
tempestad llueve granizo que causa destrozos en techos de viviendas endebles,
aunado a esto los mismos vientos se estremecen con un sonido lúgubre,
terrorífico al arrancar los árboles desde el tronco y azotarlos contra la mismas viviendas, parques
o edificios públicos, situación que está causando una especie de psicosis
apocalíptica entre las familias que han vivido en carne propia estas tormentas,
porque no dan crédito a lo que presencian sus ojos.
En Yucatán, el dos de abril pasado, los
yucatecos vivieron un fenómeno similar, donde los fuertes vientos arrancaron
árboles que dañaron anuncios espectaculares, viviendas y edificios públicos, se
supo de algunas personas lesionadas por el granizo que cayó y que se estima era
del tamaño de una pelota de golf o de béisbol.
El
gobierno de Yucatán aún no ha cuantificado los daños que se suscitaron a
diversas comisarías, por lo que se abrió un Plan de contingencia a fin de
ayudar a las familias que sufrieron pérdidas en negocios y viviendas.
Granizo en Nicolas Bravo... |
Quintana Roo vivió la misma situación el
pasado miércoles 4 de abril en la zona sur cuando una inesperada tormenta
eléctrica azotó diversas comunidades del municipio de Othón P. Blanco, los
fuertes vientos arrancaron los árboles desde el tronco y los azotó metros más
adelante, mientras que el granizo destruyó techos y viviendas. Los daños aún no
han sido cuantificados.
Situación que causó también entre la
población pompeyenses una especie de psicosis apocalíptica, ya que la gente aún
no está preparada para afrontar estas causas.
La tormenta eléctrica que vino con poca
lluvia pero con una fuerza en sus vientos de más de 80 kilómetros por hora, de
tal manera que arrancó árboles y los depositó en parques, calles y viviendas,
causando destrozos incuantificables, que orilló a las autoridades municipales y
gubernamentales brindar el apoyo necesario a las familias que sufrieron
pérdidas totales, como sucedió en comunidades de Nicolás Bravo, Nuevo California, Río Verde, entre otras.
Los afectados dijeron que en 30 años no
habían vivido un fenómeno similar al suscitado el cuatro de abril pasado en
comunidades del municipio de Othón P. Blanco, ya que de pronto el cielo
despejado comenzó a oscurecerse, las nubes eran densas, negras y comenzó los
juegos pirotécnicos con la tormenta eléctrica que amenazaba con azotar la
tierra.
El juego eléctrico no se hizo esperar,
pues los fuertes vientos comenzaron a cumplir su amenaza azotando los árboles,
de repente empezó a caer una repentina lluvia que vino acompaña de granizo que
azotaba los techos de las viviendas.
Hay familias como las de Río Verde y Nuevo California que se atrevieron a decir que en el cielo vieron
una especie de bolas de fuego avanzar en la espesura de la noche y caer sobre
el monte, esto se suscitó durante la granizada que dañó los techos y viviendas
y que por consiguiente causará daños a los cultivos, porque las plantas al
igual que las frutas no tardarán en que les salga gusanos, según señalaron los
señores Ricardo Hau y Faustino González.
En su homilía del domingo de pascua (8 de
abril), el Padre Raymundo, pidió a
los feligreses en la comunidad de San
Pedro Peralta, no temer ante los rumores de un evento apocalíptico porque
Dios con su infinita misericordia no abandona a sus hijos, y socorrerá a quienes
a través de la oración imploren su ayuda.
Mencionó que todavía no ha llegado el fin
de esta humanidad, ni Jesucristo lo sabe, solo el “Padre” sabe la hora y el día
exacto, por lo que no deben dejarse llevar por lo que se dice del fin del
mundo.
Los daños que causó la tormenta
eléctrica en comunidades del sur de Othón P. Blanco y del vecino estado de
Yucatán, dijo que son causas naturales
que tienen que sucederse en su momento, porque estamos viviendo el cambio
climático que solo Dios puede evitar con su infinita misericordia “por eso hagamos penitencia, oremos al
creador por nuestros pecados y que escuche nuestras súplicas para que no
permita la destrucción de esta humanidad”,
expuso.
Las señoras María Belem Hernández y Beatriz García de la comunidad de Nuevo California, relataron que desde
sus casas, antes de que sean dañadas por la granizada, observaron del cielo
durante la tormenta eléctrica, descender una especie de bolas de fuego que
creían que iban a caer sobre sus casas, pues con el ruido que hacía el granizo
que azotaba sus techos y el ruido fúnebre que hacían los vientos al arrancar
árboles y tirarlos sobre las casas y calles del poblado, les hizo pensar por
momentos que era el fin del mundo, esto causó miedo, desesperanza y terror en
muchas familias que imploraban a Dios que cese esta agonía.
Estos fenómenos parecen que seguirán
presentándose en México, pues ya no solo los mexicanos pasan el susto por los
sismo en la ciudad de México y Estados situados en el epicentro, sino que
también en el norte del país se presentan estos fenómenos naturales, toda vez
que el pasado jueves 12 de abril, una
especie de tromba con lluvia, fuertes vientos y granizo del tamaño de una pelota
de golf azotó por la noche el municipio de Múzquiz, en la Región Carbonífera de
Coahuila.
La tormenta derribó árboles, arrancó
techos de lámina de tejabanes, anuncios espectaculares, quebró vidrios de casas
y parabrisas de automóviles, pero no se registraron afectaciones mayores,
informó el titular de la Agencia Estatal de Protección Civil, Francisco Martínez Ávalos.
Afortunadamente, no hubo personas
fallecidas ni lesionadas como sucedió con los tornados en los Estados Unidos
que dejaron por lo menos unas 30 personas fallecidas y cientos de damnificados
en días pasados, pues cuando empezó a granizar la mayoría de las personas
estaban en sus casas, los daños son incuantificables.
El meteoro tuvo una duración de una hora.
La granizada dejó una capa de tres a cuatro pulgadas de espesor (de 7.5 a 10
centímetros), las rachas de viento fueron de 70 a 80 kilómetros por hora y la
precipitación pluvial alcanzó los 112 milímetros.
En
este apocalíptico año del 2012, la humanidad debe tomar conciencia ante lo
inevitable del Cambio Climático y unir esfuerzos para evitar seguir degradando
la tierra con nuestros malos hábitos de destrucción, donde la mano del hombre
está por delante de todos estos acontecimientos, y va hacia su autodestrucción,
mientras que la madre Tierra hace su parte para sacudirse tanta dolencia que le
ha causado el hombre en su desenfrenada lucha por alcanzar la modernidad.
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