· A principios de noviembre, dos estados en Estados Unidos votaron para legalizar, regular y gravar la marihuana. ¿qué puede significar este cambio para México y su lucha contra los narcotraficantes?
Cada año, un grupo de activistas que
abogan por la legalización de la marihuana se reúne en Seattle, Estados Unidos,
para participar en el Hempfest, un festival de dos días en la costa de la
ciudad.
Las nubes del humo acre de la marihuana
flotan sobre la multitud que escucha música en vivo o camina entre los puestos
que venden pipas y toda la parafernalia relacionada con esta práctica.
La policía está presente para asegurarse
de que no haya compra-venta de la droga. Pero en el próximo Hempfest puede que
ni siquiera tengan que hacer eso.
El mismo día en que los electores del
estado de Washington votaron para reelegir al presidente Barack Obama, también votaron a favor de legalizar el uso
recreativo de la marihuana. En Colorado ocurrió la misma historia.
“Lo
que pasó en Washington y Colorado fue verdaderamente revolucionario”, dice Beau Kilmer, el codirector del Centro
Rand para la investigación sobre las políticas de drogas.
“Ningún
país moderno ha quitado la prohibición sobre la producción y distribución de la
marihuana para usos no médicos”.
Cuando la medida entre en vigor en
Colorado a principios de diciembre, será legal tener 28 gramos de marihuana si
el portador tiene más de 21 años. También será legal tener hasta seis plantas
de marihuana en la casa y entregar hasta 28 gramos.
Todavía hay preguntas complejas sobre la
creación de un marco regulador para la producción y la distribución de la
droga, que puede demorarse al menos un año más.
De más está decir que la decisión de los
dos estados los pone en un conflicto legal con el gobierno federal y sus
políticas antinarcóticos.
Pero Kilmer
cree que es un error ver el gobierno de Obama
como una entidad única en este sentido.
“En este punto nadie sabe cómo el gobierno federal va a
responderles a estos dos estados. Pero es importante que no lo pensemos como un
actor homogéneo”.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), la Oficina del Fiscal General y
el Servicio Federal de Impuestos (IRS)
tienen cierto grado de jurisdicción y discreción en estos temas, señala Kilmer.
Uso
de la fuerza…
Mientras tanto, a miles de kilómetros, en
una tienda de venta de tabaco en la Ciudad de México, la noticia de la decisión
de Colorado y Washington fue recibida con beneplácito.
Rodeado de vitrinas llenas de inhaladores
que se ven caros, el propietario dice que muchos de sus clientes esperan una
ley similar en México.
“Las
personas no quiere contribuir a las ganancias de los carteles de las drogas y
ya he vendido muchas copias de esto últimamente”, dice, mientras muestra un libro llamado “El cultivo ecológico del cannabis”.
El hombre que lidera en México los
intentos para cambiar las leyes es el político de izquierda Fernando Belaunzarán, quien introdujo
un proyecto de ley en el Congreso similar al de Colorado y que podría llevar a
la marihuana a un patrón de regulación igual al del alcohol.
“Lo que ha pasado en Estados Unidos ha permitido que las
cosas avancen, porque este debate es crucial”, señaló Belaunzarán.
Guerra
contra las drogas…
“Debemos
preguntarnos si tiene sentido continuar con esta campaña militar frontal, que
ha generado tanta destrucción y muerte en nuestro país con el objetivo de
impedir la entrada de una sustancia a Estados Unidos que ahora está permitida y
regulada”.
Belaunzarán
no espera necesariamente que su propuesta sea aprobada en esta sesión
legislativa. Pero lo que importa, dice, es el nuevo discurso sobre el tema.
En algunos sectores mediáticos en Estados
Unidos y México, la decisión de los estados de Washington y Colorado fue
calificada como un 'elemento transformador' de la relación bilateral de México
y Estados Unidos en lo referente a la llamada guerra contra las drogas.
Tanto la administración saliente en
México como la entrante indicaron que esperan que la discusión en torno al tema
de la marihuana se desarrolle durante el segundo gobierno del presidente Barack Obama.
En una reunión con varios líderes
centroamericanos, el presidente mexicano Felipe
Calderón dijo que la decisión en
Estados Unidos es un “cambio de
paradigma” sobre el consumo de
drogas. Pidió que Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos
ayuden a clarificar la situación.
El
gobierno entrante en México fue incluso un paso más allá…
“Obviamente, no podemos manejar un
producto que es ilegal en México, tratando de detener su transferencia a
Estados Unidos, cuando en Estados Unidos -al menos en parte de Estados Unidos-
ahora tiene un estatus diferente”,
dice Luis Videgaray, el asesor
principal del presidente electo, Enrique
Peña Nieto.
Pero no sólo en México está cambiando el
debate sobre la marihuana. También Uruguay, bajo el presidente José Mujica, está intentando que el
Estado se encargue de regular el cultivo y el consumo de cannabis legal.
A nivel continental, todavía hay,
obviamente, muchas discusiones pendientes.
Los proponentes y los opositores no se
ponen de acuerdo sobre qué tanto podría afectar la legalización de la marihuana
los ingresos de los carteles de las drogas.
Y todavía falta mucho para que el
presidente Obama formule una
respuesta coherente a la decisión de los electores en los dos estados.
Pero en medio del aire de secretismo, una
cosa parece clara: cuando se trata de marihuana en las Américas, ya están
sembradas las semillas del cambio… (FUENTE:
BBC Mundo).
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