Por: Jesús Díaz
En las elecciones intermedias
del 2013 en Quintana Roo, se presentarán
problemas financieros y dificultades políticas que enturbiarán el futuro de los
quintanarroenses, sobre todo, por quienes dicen tener amarrado su participación
en el proceso electoral, y que aún no convencen con sus propuestas de trabajo.
Situación que está causando
inconformidad entre los grupos afines a estos Partidos Políticos que a la
fuerza quieren imponer candidatos que no gozan de la simpatía del electorado y
que no tienen las tablas suficientes para enfrentar los problemas que demanda
una población lacerada por la inestabilidad económica y la falta de
oportunidades de trabajo.
Ya lo vivimos en las elecciones
pasadas donde los actuales presidentes municipales no quieren darse cuenta del
pésimo trabajo político que vienen realizando, prefieren escudarse mejor en la
insolvencia económica que poner en práctica su experiencia y buscar una
solución a los problemas que enfrentan en los ayuntamientos.
Los campesinos y agrupaciones
agrarias que reciben asesoría de organizaciones civiles como el caso de los “Antorchistas”, pasan un verdadero viacrucis en su peregrinar por las dependencias
estatales, federales y municipales, sobre todo en éste último donde son mal
recibidos, incluso las propias autoridades les ponen un cerco policiaco cuando
acuden a verlos al Palacio Municipal.
Hemos podido notar que en este
trienio ya no son tan concurridos los palacios municipales como en anteriores administraciones,
simplemente, porque los alcaldes nunca están en sus oficinas para atender a los
ciudadanos en sus necesidades prioritarias.
En las oficinas del Palacio
Municipal, los secretarios particulares y las propias secretarias, siempre
buscan pretextos para justificar las ausencias de los alcaldes para no atender
a la gente que acude a ellos en busca de apoyo para solventar un problema
económico, jurídico, social o familiar.
Los aspirantes y suspirantes
del PRI, PAN, PRD, PT, PANAL y PVEM, se reúnen
en forma constante en lo oscurito con agrupaciones afines a sus ideologías
políticas para asegurar sus candidaturas que les permita proyectar un trabajo
político definido que convenza a la sociedad.
Sin embargo, las propuestas de
trabajo que presentan no convencen al electorado, porque no va de acuerdo con
las necesidades y demandas de los núcleos sociales, sino que el compromiso que
estos actores políticos tienen son con la cúpula política que los elige y que
proyecta su candidatura para el 2013.
Lo mismo sucede con quienes
aspiran a una diputación local, proyectan un trabajo acorde al grupo político
que representan, no a las necesidades de la población, acciones que los ponen
muy mal parados desde un inicio.
Su avaricia e idolatría de
quienes aspiran a participar en las elecciones del 2013 sale a flote una vez
que ya tienen amarrada la candidatura, pues creen que los ciudadanos de hoy son
los mismos tontos del pasado que votaban por el Partido del gobernante en
turno, eso no sucederá más.
Los ciudadanos votan por la
figura del candidato, del personaje que más convenza durante su campaña
proselitista con proyectos que vayan acorde a las necesidades de la sociedad, y
lo demostraron en las elecciones federales donde el partido que hoy
goza del poder ya perdió hegemonía y seguirá perdiendo fuerza ante una
oposición que aprovecha los problemas internos que se desatan en su interior.
Uno de los principales
problemas que enfrentarán los Partidos
Políticos durante las elecciones del próximo año es el financiamiento de
las “Campañas”, porque con los recursos que otorga el IFE no les alcanzará para cubrir todas las necesidades económicas
que surjan durante el proceso.
Razón por la que los candidatos tienen que pasar la
charola a empresarios y a millonarios amigos suyos para sacar adelante la
campaña proselitista, de lo contrario estarían perdidos ante la fuerza de
arrastre de los demás candidatos de los partidos políticos.
A estas alturas del año, cuando
los políticos, funcionarios y la sociedad en su conjunto se preparan para
recibir las fiestas navideñas, harán un paréntesis en su vida pública para
convivir en familia, con los amigos y la misma ciudadanía, porque a partir del
2013 comienzan los destapes políticos para amarrar candidaturas ya definidas
con anticipación.
El principal problema, serán
los recursos económicos que tendrán que sacar los institutos políticos, quien
sabe de dónde para poder solventar sus campañas y convencer al electorado que
ellos son la mejor opción, aunque el trabajo que realizan los alcaldes en sus
municipios, en nada los beneficia a ellos, ya que no hay recursos para invertir
en obra pública y social, por lo tanto, tienen que remar contra viento y marea
para convencer a la sociedad de que son la mejor opción.
Hoy la mayoría de los
Ayuntamientos se han declarado insolventes y en quiebra porque no cuentan con
los recursos suficientes para cubrir los adeudos que les dejaron sus
antecesores y aterrizar obras públicas en beneficio de los pobladores de cada
región.
De no darle solución pronta al
problema de los recursos para presupuestar las obras de gobierno, los alcaldes
que surjan electos en las votaciones estatales de julio del 2013, pasarán por
un verdadero viacrucis para hacerse de recursos y poder cumplir los compromisos
contraídos en “campaña” con la sociedad.
Actualmente en los diez
Ayuntamientos de Quintana Roo existe un rezago enorme en la programación de
obra pública y social, porque no hay recursos para invertir ni para pagar la
nómina de la planta laboral, por lo que se está recurriendo a empréstitos para
saldar algunas deudas, lo mismo sucede en las arcas estatales, donde el
gobierno de Roberto Borge Angulo,
enfrenta serias dificultades para pagar a sus proveedores.
Es por eso que estas elecciones
intermedias se verán muy austeras ante las dificultades económicas por las que atraviesan
los Partidos Políticos, el propio gobierno municipal y estatal.
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