Arqueólogos y espeleólogos yucatecos
reportaron el hallazgo de una caverna en la zona centro del estado, utilizada
por los mayas como posible centro ceremonial correspondiente al clásico tardío.
El integrante del Grupo Espeleológico “Ajau” y líder del proyecto, Raúl Manzanilla Haas, informó que tras ocho meses de trabajos de investigación se
logró el rescate de una cueva en la región conocida como Acanceh.
En el sitio, que alberga en la actualidad
fauna endémica en peligro de extinción, se encontraron al menos dos
alineamientos de la superficie que indican su posible uso como altares.
Expuso que esta cueva, de unos 800 metros
de largo, presenta diversos espacios cerrados por la acción del hombre, así
como numerosos basamentos de edificios mayas alrededor de la misma, lo que hace
suponer que esta cueva tendría un fin ceremonial.
Detalló que durante la intervención del
sitio se encontraron piezas de un esqueleto humano como falanges, dientes y
fragmentos del cráneo, lo que también podría representar un entierro funerario.
El especialista agregó que, además, se
ubicaron instrumentos propios de la caza y una sección con gran cantidad de
material cerámico.
"Lo
que más nos llamó la atención, explicó, es la aparición de un pequeño
instrumento musical en forma de foca, muy presumiblemente del clásico tardío,
lo que no es común dado que este animal fue propio del Golfo de México y Mar
Caribe, desde luego no de la región centro; además mucho menos es común ubicar
un instrumento musical en una cueva".
Refirió que las focas se extinguieron del
estado hace unos 40 años, en especial la Monachus tropicalis, también conocida
como Lobo de Mar o Foca Monje, descubrimiento que se asocia con la ubicación de
una pintura rupestre en otra caverna al oriente del estado, presuntamente un
manatí.
En ambos casos se confirma el contacto
comercial de los mayas en el Golfo de México y Mar Caribe.
Desde el punto de vista biológico,
añadió, la importancia de esta cueva radica en la presencia poco común de
cuatro especies endémicas en un mismo espacio, lo cual es una rareza.
Las especies, abundó, son el camarón
ciego, la cochinilla acuática, la anguila acuática o ciega, así como la dama
blanca o pez ciego, cuya existencia pudiera deberse al difícil acceso del
hombre al sitio por las altas concentraciones de CO2 y que en diversas
temporadas del año provoca que el nivel de oxígeno sea de apenas un 30 por
ciento.
Tenemos que puntualizar este hallazgo
biológico, dado que son especies endémicas, poco comunes, y nunca se les ve
juntas, lo que ha llamado la atención de buzos, quienes han manifestado haber
estado en sitios más profundos y no ubicarlos.
En nuestra última inmersión a la cueva,
logramos ver cardúmenes de pez ciego, lo que nos indica que es hábitat en buen
estado que permite su reproducción, aunque la contaminación cerca, producto de
basureros clandestinos y municipales, la ponen en riesgo.
En cuanto al instrumento musical, ubicado
gracias a un descenso del agua en la llamada temporada de sequías, fue
consignado al INAH, pero estamos en
gestiones para que sea dejada bajo custodia del dueño del terreno.
Además, hemos solicitado apoyo a la
Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) para que resguarde el sitio de contaminación y asuma
medidas para lograr la limpieza de áreas cercanas.
De igual forma pidió el cierre del sitio
con algún tipo de rejillas, no solo para evitar posibles saqueos sino también
accidentes ante la alta concentración de bióxido de carbono.
Apuntó que el descubrimiento fue motivado
por el dueño del predio donde se ubica la cueva, Raymundo Concha Echazarreta, quien pidió apoyo para explorar dos
cuevas a fin de utilizarlas como parte de una proyecto ecoturístico, siendo la
de más difícil acceso "y en la
que pensamos no había nada" ,
donde se realizó el hallazgo.
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