Por Salvador Trujillo Rodríguez
Tras la derrota en las urnas electorales el Partido Revolucionario Institucional (PRI), aún no sale del shock ocasionado por el proceso electoral y los propósitos de recuperar lo perdido solamente se queda en un intento que en nada les ayuda a superar el trauma post electoral.
La caída del PRI, se veía venir...era como la crónica de una muerte anunciada, las líderes de colonia habían sido heridas mortalmente con las primeras declaraciones de Eduardo Espinosa Abuxapqui, al asumir el cargo de presidente del Congreso del Estado, al referirse a ellas como "zopilotas" voraces que solamente rondaban a los legisladores priístas para sacar beneficio propio.
Afortunadamente las palabras se las lleva el viento, pero la mancuerna formada por Eduardo Espinosa Abuxapqui y Gustavo García Bradley, vinieron a demostrar que esas palabras se convertirían en hechos al restringir los apoyos a las líderes de colonia, padeciendo amnesia olvidando que esas "zopilotas" son las que los habían llevado a ocupar esos cargos de elección popular.
Es importante señalar la función que desempeñan las líderes de colonia y cómo el PRI perdió el vínculo que les enlazaba y garantizaba el triunfo de la institución política.
El liderazgo que ejercen este grupo constituido en su mayoría por mujeres que bajo el sol o la lluvia escuchan y atienden a sus vecinos, han formado sobre su cuerpo y sus sentimientos una coraza que les permite tener trato con los funcionarios públicos, legisladores y gobernantes, saben gestionar amablemente los recursos necesarios y en algunos otros casos alzar la voz para exigir que sean atendidas las peticiones de los ciudadanos.
Esas líderes de colonia son las que se atreven a interceptar a la alta jerarquía de priistas para recordarles que por los votos de la gente que representan han llegado y permanecen donde están.
Sin embargo, el partido repentinamente se olvidó de ellas y trató de reorganizar la estructura priista, nombraron jefes de sector que serían los intermediarios entre las líderes de colonia y el instituto político...pero el proyecto falló.
Las líderes siguieron gestionando apoyos para la gente y solamente recibieron el rechazo de la alta jerarquía priista.
Las líderes reaccionaron y empezaron a dejar libre las preferencias de los electores, por la simple razón de que ya no tenían argumentos para inducir el voto hacia su partido.
Fue entonces que el ciudadano quintanarroense preservó el voto para el ex gobernante Félix González Canto, pero castigó a su partido al negar el voto a favor de Enrique Peña Nieto.
A pesar de los traumáticos resultados electorales, aún no logra haber una reacción contundente que trascienda hasta los ciudadanos y los comprometa para las próximas elecciones.
Contrario a las bien intencionadas declaraciones de la diputada Leslie Berenice Baeza Soto, no han logrado restituir el vínculo que antes existía entre los sufragantes y el Partido Revolucionario Institucional.
Mientras tanto, los partidos de oposición han recepcionado con agrado y premura los votos de castigo de los militantes priistas y día a día anotan más adeptos a sus listas de simpatizantes.
El sentimiento que prevalece es la traición que hizo el Partido Revolucionario Institucional a sus militantes y ahora lo tratan de revertir en la voz de Leslie Berenice Baeza Soto, acusando de traidores a quienes no votaron por el PRI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario