Por José de Toledo
Uno de los parámetros que se utilizan en
ecología para determinar el estado de conservación de una especie es el tamaño
poblacional, la cantidad de individuos que viven en un determinado lugar. Esto
es así porque hay un gran número de problemas asociados a una baja población.
Por ejemplo, se dificultan los encuentros entre los distintos sexos y disminuye
la diversidad genética, entre otros muchos factores. Por eso resulta preocupante
que los números de una especie se hayan sobrestimado.
Y esto es lo que ha ocurrido con la
población de rorcual común (Balaenoptera physalus) en el Mar Mediterráneo. Hasta ahora se pensaba que los
ejemplares que vivían en el Mediterráneo
Occidental y el Mar de Alborán
eran parte de esta población, pero han resultado ser miembros de la población
atlántica.
Los investigadores han llegado a esta
conclusión después de haber analizado 29.822 horas de grabaciones de cantos de
estas ballenas. Los rorcuales
utilizan su "canto" para comunicarse entre ellos.
Cada población tiene un canto propio, como si se tratase de un dialecto del
mismo idioma. Analizando estos "dialectos" se puede saber si dos animales
que aparecen en el mismo territorio pertenecen a la misma población.
El resultado ha sido claro. Los rorcuales que se pueden encontrar en
Mediterráneo occidental son miembros de la población del Atlántico, que entran
en las aguas más cálidas y tranquilas del Mediterráneo entre otoño y primavera,
pero que no viven en dicho mar de manera permanente.
Estos datos obligan a cambiar el estado
de conservación de esta especie, la categoría de amenaza que se considera que
sufre este animal. Tal y como explican los responsables del estudio, la información
que se tiene sobre ellos es insuficiente. Para poder conservar y proteger a
esta especie hace falta conocer su distribución geográfica y sus números
poblacionales.
Sobre todo porque se trata de un animal
muy importante para la salud de los ecosistemas marinos, y que se enfrenta a
serios problemas. La principal causa de mortandad de estos animales son las
colisiones con buques mercantes y ferris. A esto se suma la contaminación
acústica, que inutiliza en gran parte el sistema de sonar de estos animales.
Con unos datos fiables sobre los números
poblaciones y la distribución de los rorcuales
se podrán poner en marcha planes de gestión que permitiesen modificar las rutas
de buques comerciales y otras grandes embarcaciones, lo cual mejoraría las
posibilidades de supervivencia de la especie… (Fuente: SINC).
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