domingo, 10 de febrero de 2013

La brujería es una realidad del siglo XXI



·         La tortura y muerte de una mujer frente a una multitud en Papúa Nueva Guinea suscita nuevas dudas sobre un fenómeno social y global que se puede manifestar desde un evento inocuo en la plaza de mercado hasta la peor tragedia…

      La tragedia de una mujer que murió quemada en un pueblo de Papúa Nueva Guinea vino a recordar este miércoles que ese oscuro y misterioso fenómeno sociocultural conocido como brujería no cerró en la Edad Media, sino que sigue vigente en muchos puntos del planeta.

      La mujer, de 22 años, fue acusada de matar al hijo de una vecina con prácticas hechiceras en el pueblo de Mount Hagen. En represalia, al parecer fue torturada con un instrumento de hierro y amarrada antes de ser rociada y quemada con gasolina por familiares del joven y otros habitantes de la localidad.

      Casos como éste, que comienzan con una acusación de brujería y terminan con un trágico desenlace, son una realidad que se repite en muchas sociedades del mundo hoy en día.

      A pesar de que en cierta medida lo que se sabe sobre la brujería está basado en la especulación, varios estudios han señalado que la llamada religión de la magia actualmente tiene miles de adeptos alrededor del mundo, incluida América Latina.

      Hace ya medio siglo que el médico Serge Raynaud, creador de la Gran Fraternidad Universal con sede en Caracas, se convirtió en el primero, y casi el único, lo ha puesto en cifras: entonces dijo había al menos 200 millones de brujos modernos, fetichistas y brujos de tribu de sectas en la Tierra.

      Hoy tratar de establecer el número de quienes practica, o sólo creen, en brujería, es un asunto tan elusivo como misteriosa es su práctica.


      De la santería...

      La brujería se da en diferentes grados y formatos. Mientras hay una versión quizá simple, ésa que se practica una santera en una plaza de mercado, también hay otra de profundas consecuencias, como la que se vio este miércoles en el país oceánico de Papúa Nueva Guinea.

      La brujería contemporánea se suele homologar a la Wicca, una religión noepagana predominante con incidencia en Occidente, aunque no son necesariamente lo mismo.

      En agosto pasado generó gran controversia la salida a la luz pública de un grupo de brujas y brujos británicos que decían sufrir de discriminación y rechazo social.

      Myrdinn, el jefe del aquelarre en el condado inglés de Lancashire, dijo que: No hacemos nada siniestro como adorar al diablo y no llevamos a cabo sacrificios animales o humanos”.


      Honramos, y damos gracias a la naturaleza. Celebramos las estaciones. No se trata de sangre. En primavera, celebramos la vida y el renacimiento y después en el invierno, la decadencia y la muerte para darle paso a nueva vida, señaló.

      Cuando se habla de la brujería en México muchos la catalogan de ser un negocio lucrativo más que un fenómeno ancestral.

      En el Mercado de Sonora, en Ciudad de México, se suelen ver brujos y hechiceros que dicen vender por cifras que superan los US$100 diferentes prácticas para mejorar su suerte.

      No existen cifras oficiales, pero -según reporta la cadena Univisión- en el Mercado hay 404 puestos que se dedican a la santería.

      El antropólogo de religiones y presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones (ALER) Elio Masferrer Kan, le dijo al portal Quoque por cada 3.500 personas podría haber hasta 100 brujas y brujos.

      En México y en América Latina hay millones y millones de brujas y brujos, porque la magia no es exclusiva de un género y está tomando mucha fuerza; de hecho, hay distintas corrientes y niveles. Es común que cada clase social tenga sus propias brujas, declaró.

       La tragedia humana…


     Mientras algunas interpretaciones contemporáneas de la brujería se reducen a cultos y prácticas triviales, otras implican complicadas realidades sociales.

      Por ejemplo, la organización para la infancia de las Naciones Unidas (UNICEF, por sus siglas en inglés) reportó en 2010 que un número cada vez mayor de niños en África occidental y central están siendo acusados de practicar la brujería.

      La agencia de la ONU dice que esas acusaciones a menudo conducen al abuso físico y el abandono de los niños.


       En África -un continente que con dificultad se puede generalizar- hay gente que consulta brujos con regularidad para curar enfermedades o encontrar pareja.

      Sin embargo, en el continente africano con frecuencia se encuentran cuerpos mutilados cuyos órganos se remueven para el uso de prácticas mágicas.


      "Mujeres en Ghana"…

      En el norte Ghana hay un campamento de refugiados donde viven al menos 1.000 mujeres que son acusadas brujería.

      En un reciente reportaje en el que se habló con ellas y se visitó el lugar, se constató que las mujeres sufrían de estigmatización social y eran forzadas a pagarle tributos al hombre que maneja el campamento.

      Las acusaciones de brujería que terminan en trágicas muertes, como la que ocurrió el miércoles en Papúa Nueva Guinea, son un problema de varias sociedades del mundo, cada una con sus matices particulares.

      En septiembre del año pasado una colombiana señalada de ser bruja en un pueblo de Antioquia fue quemada hasta la muerte.

      La brujería, sin duda, traspasa fronteras y generaciones. Sus consecuencias también.

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