· Argentina dejó dudas, pero venció a Bosnia en su debut en Brasil…
Pasó el debut. Pasó y punto. Y punto
seguido: hay cinco días para recuperar energías y trabajar mucho. Con todo a
favor, Argentina apenas derrotó 2-1 a Bosnia y lidera el Grupo F
del Mundial de Brasil.
El plantel conservador elegido por Sabella para los primeros 45 no dio
réditos y quedó en evidencia. ¿Por qué ganó Argentina? Porque el DT reaccionó a
tiempo con los cambios, porque Romero
tapó pelotas clave en el PT y porque Messi
se iluminó en el momento justo. Punto.
No hubo tiempo para nervios ni
impaciencia. No hubo tiempo para criticar a la línea de cinco de Sabella ni para fastidiarse con el
cerrojo de Bosnia.
En apenas 3
minutos se abrió la historia. Argentina
manejó la pelota en ese breve lapso intentando acercarse a Begovic y el Kun generó
que Mujdza lo bajara en la periferia
del área. Ejecutó Messi, la peinó Rojo (por eso es titular y para eso lo
llevó) y Kolasinac, en un movimiento
involuntario, perdió el rastro de la pelota y la metió adentro con las
rodillas.
La Selección propuso un trámite intenso,
con la última línea bien lejos de Romero,
estacionada casi en el círculo central, con Messi recostado sobre la derecha y encarando hacia adentro con su
sello, con Mascherano como eje y con
el Kun moviéndose por todo el frente
de ataque.
Sin embargo, la Pulga agarraba la pelota demasiado retrasada como
para gravitar, al tiempo que Maxi
Rodríguez y Di María no se
asociaban y divagaban con intrascendencia. Se notaba la ausencia de Gago o, mejor dicho, se notaba la
necesidad de un interlocutor válido para Messi.
El equipo sufrió el esquema del entrenador.
Bosnia, como era de esperar, raspó y buscó anticipar para
romper el intento de circuito argentino. Así, con Misimovic de manija y Dzeko
como faro en ataque, los de Susic emparejaron el juego y lograron tener dos
pelotas paradas cerca de Romero
gracias a innecesarias infracciones de Mascherano
sobre el volante del Bayer Leverkusen y de Rojo
sobre Kolasinac.
No
fue mérito de Bosnia; Argentina jugó mal: en vez de
aprovechar la gentileza del gol en contra y levantar vuelo, no supo crecer en
lo colectivo a partir de la posesión. Que se entienda: la única otra chance en
el PT fue un remate de Mascherano
bien rechazado por Begovic. El mejor
argentino en esa etapa fue Ro-me-ro,
que le tapó un buen cabezazo al piso a Lulic.
No sorprendió Bosnia, sorprendió la
anemia ofensiva de la Selección.
Sabella
tomó nota y volvió a las bases metiendo a Gago
e Higuaín, que habían estado en duda
por su delicado estado físico. Del 5-3-2 de hoy al 4-3-3 de siempre. No la pasó
bien Argentina en el primer cuarto
de hora del complemento. Si Bosnia
no se hubiera nublado en los metros decisivos, el desenlace pudo haber sido
diferente. Pero Messi tuvo otros
planes e hizo uno de esos slalom de derecha a izquierda que casi siempre
terminan en puño apretado.
El descuento de Ibisevic por entre las piernas de Romero tornó un padecimiento los últimos ocho minutos. Argentina terminó con la lengua afuera,
con la tranquilidad de haber conseguido los tres puntos y la sensación de que
tendrá que mejorar mucho si quiere mantener altas sus ambiciones.
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