Por: Xicohtencatl López
Salas
El sistema político mexicano y la cúpula
(hoy, la mafia) del poder ya tienen definida la sucesión presidencial a partir
del primero de Julio y el nuevo presidente de México, que no de todos los
mexicanos (algunos se excluyen porque no votarán por él) será el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, luego de
que cumpliera con lo pactado en años y elecciones anteriores con la supremacía
política del país.
En la década de los 80’s el partido
hegemónico y omnipotente, el Revolucionario Institucional (PRI) no tenía
adversario alguno y el entonces Presidente Miguel de la Madrid Hurtado y los
dirigentes de ese instituto político presidido en ese tiempo por Adolfo Lugo
Verduzco, tenían que aparentar ante la comunidad internacional que en México
existía y existe la democracia y para ello reunidos con Cuauhtémoc Lázaro
Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martha Martínez y Hernández,
junto con Rodolfo González Guevara; provocan y crean durante el ’83 y ’84 la
corriente democrática dentro del PRI y en 1987-1988 año de elecciones se
separan de éste y crean en primera instancia el Partido del Frente Cardenista
de Reconstrucción Nacional (PFCRN) de donde saliera postulado a la candidatura
presidencial por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana -PARM- (ya
desaparecido) el hijo de “El Tata Lázaro”.
Ya con un contrincante a modo, el grupo en
el poder (PRI) postuló a Carlos Salinas de Gortari como su candidato a la
Presidencia de la República y el 6 de Julio de 1988, se llevó a efecto la gran
y estrepitosa “caída del sistema” a través del entonces secretario de
gobernación Manuel Bartlett Díaz, luego de que en las urnas el pueblo se
volcara a votar en favor de Cuauhtémoc Cárdenas que había logrado permear en la
conciencia ciudadana más allá de lo que se imaginaron quienes administran y
gobiernan en México y así se concibió y realizó el primer gran fraude electoral
en este país.
Al respecto, durante el año pasado (2017)
Manuel Bartlett reconoció que “Salinas” no ganó las elecciones en 1988, además
de que éste se reunió con Diego Fernández de Ceballos y Luis H. Álvarez Álvarez
dirigentes en ese entonces del Partido Acción Nacional (PAN) para que no
cuestionaran y pusieran en tela de duda su triunfo y así se dio, sólo
Cuauhtémoc Cárdenas arremetió contra las autoridades electorales y cuestionó
los resultados pero al final de cuentas aceptó la derrota.
Como consecuencia de haber conformado el
Frente Democrático Nacional (FDN) con el PARM, el PFCRN, el Partido Popular
Socialista (PPS), el Partido Social Demócrata (PSD), el Partido Verde Mexicano
(PVM), así como algunas fracciones del Partido Socialista Unificado de México
(PSUM), Mexicano de los Trabajadores (PMT) y Revolucionario de los Trabajadores
(PRT) y tras la “derrota electoral” junto con los ex priístas de la corriente
democrática, crean en ese año (1988) el Partido de la Revolución Democrática
(PRD), una vez convertido el FDN en la segunda fuerza política del país, por
sobre Acción Nacional.
No conforme con ello y de ser partícipe
del gran engaño a los mexicanos, Cuauhtémoc Cárdenas compite dos veces más por
la Presidencia de México en 1994 y 2000, donde al actual estilo
“Lopezobradorista” acusó a las autoridades electorales y a la cúpula en el
poder de haber cometido fraude y de que le habían robado en todas las ocasiones
el triunfo obtenido en las urnas.
Sin embargo, sus demandas no pasaron a
mayores, además de que en 2000 estuvo de acuerdo en entregar, junto con el PRI
la máxima magistratura del país al PAN en manos de Vicente Fox Quezada, debido
a las presiones internacionales, principalmente de los Estados Unidos, que ya
no se creían la hegemonía priísta y por ello el bravucón de Guanajuato (aunque
realmente nació en la ciudad de México) logró ser Presidente de la República y
a las órdenes de los Estados Unidos, que en fiel obediencia, denostó al
entonces presidente cubano Fidel Alejandro Castro Ruz, quién como pago a la
afrenta cometida por el presidente mexicano durante la reunión Cumbre de la ONU
(Organización de las Naciones Unidas) que se celebró en Monterrey, México; le
solicitó la disolución de una parte de la deuda de la ínsula caribeña con
México, por la irrisoria cantidad 30 mil millones de dólares, caso ocurrido en
el año 2002, lo que le fue concedido y otorgado por Fox a Castro, en el famoso
caso diplomático conocido como el “comes y te vas” que nos costó ese capital a
todos los mexicanos, no lo pago Fox de su cartera.
Una vez gastado el tema Cárdenas, había
que buscar un nueve ente, un nuevo personaje y ese no fue otro que Andrés
Manuel López Obrador, que en el 2006 y una vez tomada la decisión de que la
alternancia en México sólo había denotado la existencia de un sólo grupo
político en el poder, dado que el presidente del país emanado de Acción
Nacional, demostraron con su accionar que el grupo en el poder, únicamente
sirve a sus intereses mezquinos y personales, llevando a México a la violencia
y terror a través de los cárteles, que desde siempre han sido subvencionados
por el grupo (mafia) en el poder.
Así, durante el proceso electoral que
culminó en 2006, López Obrador cambia la “caída del sistema” de Bartlett, por
el “Compló” del PRI y el PAN y se acuña el PRIAN, como muestra del matrimonio
de ambas fuerzas políticas.
Después durante 2012, López Obrador
“pierde” las elecciones ante Enrique Peña Nieto y reclama de nueva cuenta el
“compló” y el fraude electoral en su contra y exige el conteo “voto por voto,
casilla por casilla”, que como en el caso de la caída del sistema se quemaron
las urnas electorales y las actas de escrutinio, en esta ocasión mucha de la
documentación electoral se declaró desaparecida y no se pudo realizar el
pedimento de López Obrador.
Sin embargo, todo era y es parte de la
estrategia de ir entregando con firmeza y poco a poco los recursos naturales
del país a los capitales extranjeros con la indiscutible sociedad de los
políticos mexicanos enclavados en el poder, que los hace cada vez más ricos y a
los pobres mexicanos, eso, más pobres.
Aunado a ello, los gobernadores de
diferentes estados del país, del partido que quieran, se dedicaron a esquilmar
las arcas públicas y a dejar en la inopia las haciendas estatales, que con las
redes sociales se han superlativa do, hechos que han provocado que la sociedad
mexicana ya no crea en el sistema de partidos, más bien que ya no crea en los
políticos (ni en López Obrador), sin embargo, los integrantes de la cúpula en
el poder han hecho tan bien las cosas, que los mexicanos en su adoctrinamiento,
están convencidos que está bien votar por el menos malo o de que ya lo dejen de
robar y joder los mismos, por lo menos hay que darle la oportunidad a otros.
Por todo ello, y a pesar de lo que quieran
hacer ver, como en el falaz debate, ya todo está listo para que el originario
de Macuspana, Tabasco sea el próximo Tlatoani (que fue el término usado por
varios pueblos de habla náhuatl en Mesoamérica para designar a los gobernantes,
los cuales eran los elegidos por los pīpiltin “nobles”) de México… No hay
vuelta atrás.
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