Por: Jesús Díaz
Andrés Graniel Melo... |
El tema de la corrupción en nuestro país es devastador, sobre todo
cuando los servidores públicos abusan de su autoridad y obligan a los
ciudadanos a ser partícipes de este cáncer social, ya lo hemos vivido con
líderes políticos, gobernantes priistas como Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo y ahora con el de Tabasco, Andrés Graniel Melo, quien se ha
deslindado de las acusaciones que obran en su contra por peculado.
Andrés Graniel Melo, ex
gobernante de Tabasco, se deslinda de los 88.5 millones de pesos incautados a
su ex Tesorero, José Manuel Sáiz Pineda,
en una propiedad de su ex asistente, Marlis
Cupil, por lo que pidió a su llegada a México las garantías individuales
para su persona durante su comparecencia ante la Ley, ya que asegura que
regresó a México para limpiar su imagen, lo cual, no es creíble.
Lamentablemente, en los tres niveles de gobierno se dan este tipo de
abusos, desde el más bajo nivel laboral como en las altas esferas de la
política, llámese presidentes municipales, secretarios del gabinete, incluso,
los mismos gobernantes.
Sin embargo, son los mismos ciudadanos que consienten este tipo de
abusos, aunque es un mal necesario que les permite obtener un dividendo
económico para solucionar algún problema que los aqueja, sobre todo cuando se
comete una infracción de tránsito a sabiendas que somos culpables, pero al no
hacernos responsables de nuestras acciones, preferimos corromper a las
autoridades policiales, dándoles la consabida “mordida”, incluyendo a los
jueces que también reciben su parte económica, sobre todo, si se trata del
familiar de algún secretario estatal, presidente municipal o del mismo
gobernador.
Si las autoridades aplicaran correctamente la ley, aunque les ofrecieran
mordidas y no las aceptaran, hasta allí quedaría todo y este cáncer social iría
disminuyendo paulatinamente, es cuestión de cultura.
Mientras no cambiemos como personas propositivas, no mejoraremos como
sociedad, porque en la menor provocación seríamos presa fácil de los corruptos
y estaremos heredando una sociedad sin valores a nuestros hijos.
Ya ven lo que está sucediendo con el ex gobernador de Tabasco, Andrés Graniel Melo, de quien se dice que durante su administración las arcas
estatales fueros saqueadas, repartió dinero a campesinos, líderes agrarios y
funcionarios públicos para quedarse callados por algunas transacciones que se
hacían a la vista de la población, quienes justificaban con documentos apoyos que
nunca recibían, ya que solo migajas les daban para no hablar.
La corrupción se da en todos los niveles gubernamentales, desde el
profesionista que engaña con un trabajo que está muy lejos de responder hasta
el servidor públicos que por una “mordida” no aplica la infracción debida, y así
se va haciendo larga la cadenita de la corrupción.
En otros países no se permiten este tipo de sobornos porque significaría
la cárcel inmediata, tanto para el que soborna al funcionario con un dinero
como el que acepta esta transacción ilícita, aunque en el tema de la corrupción
en nuestro país no todos los servidores públicos cometen estos ilícitos, ya que
para que haya una mordida tiene que haber dos, y el tema de la corrupción en
México es responsabilidad de todos.
Lo que necesitamos es la cultura de la honestidad para olvidarnos de la
corrupción, como sucede en Japón donde se predica la cultura de la honestidad,
pues como puede ser que los ciudadanos japoneses dejen sus bicicletas y
motocicletas en las calles, afuera de los comercios y sin que se los roben.
En México nunca sucedería esto, más bien
nos ven con cara de rateros, porque en la calle no puedes dejar ni un minuto tu
bicicleta o moto, incluso tu automóvil, sin que sufres un robo, el turismo
internacional que nos visita son las primeras víctimas de estos malvivientes,
razón por la que los gobiernos del mundo recomiendan a sus paisanos tener
cuidado cuando visiten México, ya que la inseguridad en nuestro país es un cáncer
social que cada día va en aumento y que ha rebasado a las mismas autoridades
policiacas, con los pobres programas que tienen para combatir los ilícitos.
En el caso de los delincuentes de cuello blanco, la mayoría son
servidores públicos que muchas de las veces han caído en actos de corrupción.
La gran mayoría de los jueces, abogados y magistrados se han vendido para
conservar su trabajo, ya que permiten que los mismos gobernantes los corrompan
por unas monedas, incluso, son partícipes de estos abusos en el poder para
poder conservar su puesto, para seguir mamando de la ubre gubernamental.
Mientras los gobernantes sigan permitiendo este tipo de infamias en las
instituciones públicas, nuestro país no podrá avanzar como sociedad. Esperemos
pues un juicio digno para el ex gobernador de Tabasco, Andrés Graniel Melo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario